Una revista de literatura, donde el amor por las letras sean capaces de abrir todas las fronteras. Exclusiva para mayores de edad.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Prólogo de la novela "Anoche soñé contigo"


Lo prometido es deuda, os dejo el prólogo de la novela de Fran Medina Cruz. Seguro que después de haber leído la entrevista y con ayuda de las palabras que vais a leer a continuación, los Reyes Magos van a tener que hablar con Éride Ediciones para que hagan otra edición.

"Anoche soñé contigo"

 
Prólogo

¿Por qué soñamos?

Freud sostenía que la función de los sueños era —en pocas palabras— satisfacer nuestros deseos. Parte de razón podría llevar, pero me lleva por la idea de que, ya que nuestro cerebro trabaja a más intensidad, no debería malgastarse esa intensidad para solo satisfacer deseos ocultos, no realizados, o aquellos que somos incapaces de experimentar en nuestra conciencia.

La cuestión ha sido estudiada cientos de veces, en cientos de investigaciones llenas de cables y medidores anclados en la superficie de nuestro cráneo.

Pero; ¿en verdad, qué es sueño?

En un artículo escrito para la revista digital «Live Science», Rachael Rettner explica que la función del sueño es ayudarnos a resolver problemas. Si eso es cierto, la evolución nos ha proporcionado un mecanismo capaz de solucionar los enigmas que nos acosan, simplemente durmiendo un rato. ¿Pero es esto totalmente cierto? Cuando soñamos, una parte de nuestro cerebro se desconecta, la parte lógica. Creando así, sin los límites de la realidad cotidiana, unas historias capaces de sorprender hasta al mejor cineasta de ciencia ficción... Pero, ¿será esta parte lógica la que nos prive de experimentar cosas diferentes en el mundo real, o simplemente una barrera para protegernos de nosotros mismos? El mundo es mágico, y digo que es mágico, porque nada más que el uno por ciento sabemos de él. Por lo que puedo imaginarme que el sueño no es más que de lo que una evolución nos privó. Pudiera ser que alguien, o algo, interviniese en nuestro sistema cerebral y nos pusiese un interruptor para bloquear parte de esa magia de la que somos, y que solo se encendería en nuestra fase REM.

Estos mismos científicos dicen que los sueños son algo más que una distracción para el cerebro, que forman parte del trabajo de almacenamiento de nuestros recuerdos. En esta fase, el cerebro descarta así los detalles que cree inservibles de las experiencias vividas en la realidad. Pero, ¿qué objetividad tiene el cerebro para poder descartar unas y almacenar otras? ¿Quién es el seleccionador? Es curioso pensar que en esta parte nosotros solo somos unas maquinas de carne y huesos en las que, por alguna razón, se la están programando, haciendo borrar de ellas pequeños detalles. Quizás los que puedan determinar el resto de nuestra vida.

Como vemos; son muchas las cuestiones y preguntas que nos podemos hacer desde el punto de vista del sueño. Hasta nos podemos preguntar si podemos aprender de estos mismos. Hay razones para pensar que sí; conocemos personajes ilustres que así lo hicieron y lo reflejaron en sus investigaciones o en el arte. Hablemos de Albert Einstein y Salvador Dalí, por mencionar a dos de ellos. El primero soñó que estaba volando en un caballo a la velocidad de la luz, y días después, publicó su teoría de la relatividad. El segundo ilustraba sus dibujos en función de sueños experimentados. Entonces, podemos decir, que bien utilizados, y aprendiendo a leer entre líneas sus asombrosas historias, podríamos resolver aquellos problemas que nos machacan en nuestra fase real. Esto se denomina «sueños lúcidos»; donde somos capaces de interpretar, dentro de nuestro propio sueño, que estamos inmersos en él. Por lo que podemos dirigirlos hacia el camino que deseamos, y así concentrarnos en aquello que queremos resolver, o simplemente, experimentar. Esta técnica es bastante complicada, pero hoy en día ya se está investigando en ella. Sabemos que el cerebro, mientras sueña, permanece mucho más activo que cuando estamos despiertos. Motivo sobrado para pensar que puede llegar a ser una de las herramientas fundamentales para nuestra superación, aprendiendo a ser conscientes dentro de nuestra inconsciencia del sueño, o como dije anteriormente, controlando esos sueños. ¿Por qué se nos permite tener la posibilidad de ser dioses dentro de nuestro sueño? ¿Qué podremos llegar a hacer el día que controlemos esta etapa? ¿Será éste el próximo salto evolutivo? Puede que estemos a las puertas de sostener con las manos la magia de la que tanto me gusta hablar, por desconocida que sea para el ser humano. Solo una pregunta llama a mi puerta, en esta ocasión. ¿Estaremos entonces preparados para ese salto? Supongo que como la naturaleza es sabia, solo cuando estemos preparados se nos permitirá desbloquear el interruptor y superar un nivel más y acariciar esa magia. Ante la certeza de que el cerebro trabaja mucho más en la etapa del sueño, una última pregunta me viene a la mente; ¿qué pasaría si durante el día nuestro cerebro permaneciese trabajando con la misma intensidad? La respuesta se la dejo a ustedes mismos, ¡pero es asombrosa!
En esta obra Fran Medina Cruz; relata en primera persona una historia que baila con la magia de lo asombroso de los sueños y la realidad de la vida, y de cómo esto puede influir en el futuro aparentemente sin rumbo del protagonista, llevando a magnificar la fantasía onírica para trasladarla a la realidad de una vida ya de por si derrotada por la providencia.  O como dijo el poeta y escritor, Vicente Rodríguez Lázaro después de leer esta obra;

“Una historia imaginativa y arriesgada, bien contada, con ritmo, con sensibilidad, con pasión bien transmitida al lector. Todo un tratado de lucha contra la adversidad y de plasmación de la gran riqueza interior que atesora el ser humano. Me parece un acierto la narración en primera persona, consigues que quien lee no solo se identifique más con el personaje sino también que participe en ese viaje iniciático que desarrolla en tres niveles (el onírico, el estado de coma y en la realidad). Me gusta asimismo que utilices la poesía como un elemento narrativo importante, como un personaje activo en la obra. En definitiva, una novela rica en matices literarios y narrativos que no deja indiferente a los lectores.”
 
Fran Medina Cruz

 

3 comentarios:

  1. Ya tener una visión propia de los sueños, es punto de partida para alcanzarlos.
    Involucrarse indistintamente como personaje y como persona es tarea que otorga por si misma gran mérito.
    Un abrazo a Fran.

    ResponderEliminar
  2. Me gustaría echarle un ojo. Es una lástima que aquí cueste conseguir cosas en papel de la Madre Patria. Vamos a hacer el esfuerzo. Gracias por el aporte.

    ResponderEliminar
  3. El entendimiento de que la vida es como un sueño es muy antigua, tanto como la vida misma, es algo que el ser humano siempre se ha preguntado. Como en la obra de Pedro Calderón de la Barca "La vida es sueño", Segismundo tiene un monologo en el cual recapacita sobre la vida y este monologo es el que le da titulo a la obra:

    ¿Qué es la vida? Un frenesí.
    ¿Qué es la vida? Una ilusión,
    una sombra, una ficción,
    y el mayor bien es pequeño;
    que toda la vida es sueño,
    y los sueños, sueños son..

    Los sueños pueden ser cotidianos, familiares o fantasticos, inspiradores, descubridores...etc, el entendimiento que le podamos dar a cada uno de ellos, cuando son recordados, nos revelan parte de nosotros que ni siquiera conociamos.
    Pero aparte de esto, el prologo de la novela invita a su lectura y no solo a eso sino a participar indirectamente en ella. Habrá que leerla.

    ResponderEliminar

Gracias por dejar vuestros comentarios.