Lo prometido es deuda, os dejo el
prólogo de la novela de Fran Medina Cruz. Seguro que después de haber leído la
entrevista y con ayuda de las palabras que vais a leer a continuación, los
Reyes Magos van a tener que hablar con Éride Ediciones para que hagan otra edición.
"Anoche
soñé contigo"
Prólogo
¿Por qué soñamos?
Freud sostenía que la función de los sueños era —en pocas
palabras— satisfacer nuestros deseos. Parte de razón podría llevar, pero me
lleva por la idea de que, ya que nuestro cerebro trabaja a más intensidad, no
debería malgastarse esa intensidad para solo satisfacer deseos ocultos, no
realizados, o aquellos que somos incapaces de experimentar en nuestra
conciencia.
La cuestión ha sido estudiada cientos de veces, en cientos de
investigaciones llenas de cables y medidores anclados en la superficie de
nuestro cráneo.
Pero; ¿en verdad, qué es sueño?
En un artículo escrito para la revista digital «Live Science»,
Rachael Rettner explica que la función del sueño es ayudarnos a resolver
problemas. Si eso es cierto, la evolución nos ha proporcionado un mecanismo
capaz de solucionar los enigmas que nos acosan, simplemente durmiendo un rato.
¿Pero es esto totalmente cierto? Cuando soñamos, una parte de nuestro cerebro
se desconecta, la parte lógica. Creando así, sin los límites de la realidad
cotidiana, unas historias capaces de sorprender hasta al mejor cineasta de
ciencia ficción... Pero, ¿será esta parte lógica la que nos prive de
experimentar cosas diferentes en el mundo real, o simplemente una barrera para
protegernos de nosotros mismos? El mundo es mágico, y digo que es mágico,
porque nada más que el uno por ciento sabemos de él. Por lo que puedo
imaginarme que el sueño no es más que de lo que una evolución nos privó.
Pudiera ser que alguien, o algo, interviniese en nuestro sistema cerebral y nos
pusiese un interruptor para bloquear parte de esa magia de la que somos, y que
solo se encendería en nuestra fase REM.
Estos mismos científicos dicen que los sueños son algo más que
una distracción para el cerebro, que forman parte del trabajo de almacenamiento
de nuestros recuerdos. En esta fase, el cerebro descarta así los detalles que
cree inservibles de las experiencias vividas en la realidad. Pero, ¿qué
objetividad tiene el cerebro para poder descartar unas y almacenar otras?
¿Quién es el seleccionador? Es curioso pensar que en esta parte nosotros solo
somos unas maquinas de carne y huesos en las que, por alguna razón, se la están
programando, haciendo borrar de ellas pequeños detalles. Quizás los que puedan
determinar el resto de nuestra vida.
Como vemos; son muchas las cuestiones y preguntas que nos podemos
hacer desde el punto de vista del sueño. Hasta nos podemos preguntar si podemos
aprender de estos mismos. Hay razones para pensar que sí; conocemos personajes
ilustres que así lo hicieron y lo reflejaron en sus investigaciones o en el
arte. Hablemos de Albert Einstein y Salvador Dalí, por mencionar a dos de
ellos. El primero soñó que estaba volando en un caballo a la velocidad de la
luz, y días después, publicó su teoría de la relatividad. El segundo ilustraba
sus dibujos en función de sueños experimentados. Entonces, podemos decir, que
bien utilizados, y aprendiendo a leer entre líneas sus asombrosas historias,
podríamos resolver aquellos problemas que nos machacan en nuestra fase real.
Esto se denomina «sueños lúcidos»; donde somos capaces de interpretar, dentro
de nuestro propio sueño, que estamos inmersos en él. Por lo que podemos
dirigirlos hacia el camino que deseamos, y así concentrarnos en aquello que
queremos resolver, o simplemente, experimentar. Esta técnica es bastante
complicada, pero hoy en día ya se está investigando en ella. Sabemos que el
cerebro, mientras sueña, permanece mucho más activo que cuando estamos
despiertos. Motivo sobrado para pensar que puede llegar a ser una de las
herramientas fundamentales para nuestra superación, aprendiendo a ser
conscientes dentro de nuestra inconsciencia del sueño, o como dije
anteriormente, controlando esos sueños. ¿Por qué se nos permite tener la posibilidad
de ser dioses dentro de nuestro sueño? ¿Qué podremos llegar a hacer el día que
controlemos esta etapa? ¿Será éste el próximo salto evolutivo? Puede que
estemos a las puertas de sostener con las manos la magia de la que tanto me
gusta hablar, por desconocida que sea para el ser humano. Solo una pregunta
llama a mi puerta, en esta ocasión. ¿Estaremos entonces preparados para ese
salto? Supongo que como la naturaleza es sabia, solo cuando estemos preparados
se nos permitirá desbloquear el interruptor y superar un nivel más y acariciar
esa magia. Ante la certeza de que el cerebro trabaja mucho más en la etapa del
sueño, una última pregunta me viene a la mente; ¿qué pasaría si durante el día
nuestro cerebro permaneciese trabajando con la misma intensidad? La respuesta
se la dejo a ustedes mismos, ¡pero es asombrosa!
En esta obra Fran Medina Cruz; relata en primera persona una
historia que baila con la magia de lo asombroso de los sueños y la realidad de
la vida, y de cómo esto puede influir en el futuro aparentemente sin rumbo del
protagonista, llevando a magnificar la fantasía onírica para trasladarla a la
realidad de una vida ya de por si derrotada por la providencia. O como dijo el poeta y escritor, Vicente Rodríguez
Lázaro después de leer esta obra;
“Una historia
imaginativa y arriesgada, bien contada, con ritmo, con
sensibilidad, con pasión bien transmitida al lector. Todo un tratado de lucha
contra la adversidad y de plasmación de la gran riqueza interior que atesora el
ser humano. Me parece un acierto la narración en primera persona, consigues que
quien lee no solo se identifique más con el personaje sino también que
participe en ese viaje iniciático que desarrolla en tres niveles (el onírico,
el estado de coma y en la realidad). Me gusta asimismo que utilices la poesía
como un elemento narrativo importante, como un personaje activo en la obra. En
definitiva, una novela rica en matices literarios y narrativos que no deja
indiferente a los lectores.”
Fran Medina Cruz
Ya tener una visión propia de los sueños, es punto de partida para alcanzarlos.
ResponderEliminarInvolucrarse indistintamente como personaje y como persona es tarea que otorga por si misma gran mérito.
Un abrazo a Fran.
Me gustaría echarle un ojo. Es una lástima que aquí cueste conseguir cosas en papel de la Madre Patria. Vamos a hacer el esfuerzo. Gracias por el aporte.
ResponderEliminarEl entendimiento de que la vida es como un sueño es muy antigua, tanto como la vida misma, es algo que el ser humano siempre se ha preguntado. Como en la obra de Pedro Calderón de la Barca "La vida es sueño", Segismundo tiene un monologo en el cual recapacita sobre la vida y este monologo es el que le da titulo a la obra:
ResponderEliminar¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son..
Los sueños pueden ser cotidianos, familiares o fantasticos, inspiradores, descubridores...etc, el entendimiento que le podamos dar a cada uno de ellos, cuando son recordados, nos revelan parte de nosotros que ni siquiera conociamos.
Pero aparte de esto, el prologo de la novela invita a su lectura y no solo a eso sino a participar indirectamente en ella. Habrá que leerla.