Hace un par de años leí un librito de
bolsillo publicado en 1977 por Ramón Nieto, escritor coruñés, finalista del
Nadal, titulado “El oficio de escribir” que me influyó muchísimo, NO para
escribir, sino para NO dejar de hacerlo.
Y como gracias a él no he desistido en
mi empeño de seguir enlazando palabras, aunque solo sea para demostrarme a mi
misma que los sueños pueden conseguirse, he redactado este artículo para todos
los que estén pensando que escribir no
vale para nada, como dijera una vez el gran García Márquez.
Para un escritor, la hoja en blanco es
su peor pesadilla y a la vez su gran lenitivo.
He aquí la gran pregunta: ¿quién es
considerado escritor? ¿El que publica, gana premios y es reconocido por los
demás como tal o el que de noche se levanta entre las sombras porque el corazón
le duele y necesita desembarazarse sobre una hoja en blanco de lo que bulle en
su cabeza y después, antes de dormir, lo guarda en el cajón del olvido?
Un escritor es la persona capaz de
hurgar en sus propios sentimientos, capaz de remover las emociones de los
demás, es el que sabe colocar el dedo en la llaga propia o ajena sin impunidad
y de asumir la soledad o el sufrimiento que otros no asumen.
García Lorca
confesó en una entrevista en 1935:”cada
mañana olvido lo que escribí la víspera… a veces, cuando veo lo que pasa en el
mundo, me digo ¿para qué escribir?
Si estos pensamientos lo tuvieron los
grandes de las letras ¿no es obvio que el escritor anónimo sienta miedo a
seguir?
Desde este balcón aconsejo a los
corazones ávidos de contar, que no caigan en la desesperación y en la
ignominia. Decía Faulkner que comenzaba a
escribir una obra cuando se sentía empujado por “el demonio de escribir”.
Invito con este artículo a que lean la
vida de los grandes para comprender que ellos también empezaron con nada y que solo la constancia y la lucha ante
la hoja en blanco y la felicidad subyacente después de concluirla, fue la única
herencia genética, digámoslo así, que les llevó a conseguir ser ARTESANOS DE
LAS LETRAS.
Quiero recordar al escritor novel que
alguien como Víctor Hugo, que conoció tantos éxitos, se consideraba él mismo,
humildemente, como el eco sonoro del
mundo que le rodeaba, por ello se dedicó simplemente a observar el
espectáculo de la vida cotidiana, para al final regalarnos, casi sin saberlo,
una de sus mejores obras, Los Miserables.
Pongamos los pies en el suelo y
bajemos la cabeza, el escritor solo se dedica a hacer aquello que no sabe, que
los oficios y las profesiones no tienen nada que ver con el arte de escribir,
que quien piensa en ganar dinero con su primera hoja en blanco no llegará
lejos, que todos, públicos y anónimos, hemos roto muchas hojas antes de ver un
mínimo resultado.
La relación que los escritores tenemos
con esa hoja en blanco, es de amor y de odio, de pasiones encontradas, de
amarguras y soledades, de algarabía y desahogos, pero sobre todo, la hoja en
blanco es una amante fiel para aquel que quiera poseerla, con rabia o con
ternura, sabiendo con certeza que, como la concubina perfecta, jamás abandonará
a su amado dejándolo a la deriva.
Nurya Ruiz
Gran artículo
ResponderEliminarGracias por estos consejos Nurya. Una vez anotados, y protegidos (solo lectura) en ese disco duroo que todos tenemos te diré que para mi una hoja en blaco es un universo infinito dónde yo tengo la libertad y el poder del destino de cada uno de los seres que yo decida que lo habiten y eso es muy agradable porque seguramente todos los grandes problemas de nuestra humanidad tienen solución en nuestro pequeño folio en blanco. Gracias Nurya, muchas gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias por regalarnos estos consejos tan buenos, que a decirte la verdad, Nuria, creo que las 2 tenemos la misma visión de lo que es un escritor y por ello yo me siento una gran escritora, pese a no tener ni un libro mío publicado de momento.
ResponderEliminargracias a vosotros por vuestros comentarios. Gracias.
ResponderEliminarAmiga Nuria: No tengo por menos que aplaudirte no ya por la soltura que adbierto en tu redacción, sino por las ideas que expones, ya que se ajustan a la realidad, para llegar lejos escribiendo, bien en VERSO o en PROSA, se ha de escribir mucho y romper más, se han de moldear los trabajos como el alfarero la arcilla en el torno o el forjador el hirro en el yunque y no tener prisa por publicar, ya que yo le escuchaba decir a mi bendita abuela julia (lo escrito, escrito queda), por ello debemos cuidarlo al máximo.
ResponderEliminarRealidad de realidades
nos dices en tus renglones,
no hay que hacerse de ilusiones,
hay que buscar claridades.
Huir de las tempestades
y centrarse en el quehacer,
bien encauzado el deber
mas fácil te será todo
tratando evitar el lodo
para en éste no caer...
Es un gran estímulo Nuria, mucha veces, por saber que no sé, he querido desistir y ahora me confirmas que, es cuando mas debo intentar escribir.
ResponderEliminarGracias y un gran abrazo para ti!
No me considero ni soy poeta, también soy torpe expresando los sentimientos. Pero siempre he considerado nefasto la hoja en blanco o la pantalla vacía. Gracias Nuria por los consejos y el ánimo, porque siempre es necesario sacar fuerzas de flaquezas para seguir a veces.
ResponderEliminarEl miedo del escritor: esa página en blanco que a veces nos acobarda. ¡Gracias por los consejos!
ResponderEliminar