Una revista de literatura, donde el amor por las letras sean capaces de abrir todas las fronteras. Exclusiva para mayores de edad.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

El arte de escribir.


          Hace un par de años leí un librito de bolsillo publicado en 1977 por Ramón Nieto, escritor coruñés, finalista del Nadal, titulado “El oficio de escribir” que me influyó muchísimo, NO para escribir, sino para NO dejar de hacerlo. 

          Y como gracias a él no he desistido en mi empeño de seguir enlazando palabras, aunque solo sea para demostrarme a mi misma que los sueños pueden conseguirse, he redactado este artículo para todos los que estén pensando que escribir no vale para nada, como dijera una vez el gran García Márquez. 

          Para un escritor, la hoja en blanco es su peor pesadilla y a la vez su gran lenitivo.

          He aquí la gran pregunta: ¿quién es considerado escritor? ¿El que publica, gana premios y es reconocido por los demás como tal o el que de noche se levanta entre las sombras porque el corazón le duele y necesita desembarazarse sobre una hoja en blanco de lo que bulle en su cabeza y después, antes de dormir, lo guarda en el cajón del olvido? 

          Un escritor es la persona capaz de hurgar en sus propios sentimientos, capaz de remover las emociones de los demás, es el que sabe colocar el dedo en la llaga propia o ajena sin impunidad y de asumir la soledad o el sufrimiento que otros no asumen. 

           García Lorca confesó en una entrevista en 1935:”cada mañana olvido lo que escribí la víspera… a veces, cuando veo lo que pasa en el mundo, me digo ¿para qué escribir? 

           Si estos pensamientos lo tuvieron los grandes de las letras ¿no es obvio que el escritor anónimo sienta miedo a seguir?         

          Desde este balcón aconsejo a los corazones ávidos de contar, que no caigan en la desesperación y en la ignominia. Decía Faulkner que comenzaba a escribir una obra cuando se sentía empujado por “el demonio de escribir”.

           Invito con este artículo a que lean la vida de los grandes para comprender que ellos también empezaron con  nada y que solo la constancia y la lucha ante la hoja en blanco y la felicidad subyacente después de concluirla, fue la única herencia genética, digámoslo así, que les llevó a conseguir ser ARTESANOS DE LAS LETRAS.  

          Quiero recordar al escritor novel que alguien como Víctor Hugo, que conoció tantos éxitos, se consideraba él mismo, humildemente, como el eco sonoro del mundo que le rodeaba, por ello se dedicó simplemente a observar el espectáculo de la vida cotidiana, para al final regalarnos, casi sin saberlo, una de sus mejores obras, Los Miserables. 

          Pongamos los pies en el suelo y bajemos la cabeza, el escritor solo se dedica a hacer aquello que no sabe, que los oficios y las profesiones no tienen nada que ver con el arte de escribir, que quien piensa en ganar dinero con su primera hoja en blanco no llegará lejos, que todos, públicos y anónimos, hemos roto muchas hojas antes de ver un mínimo resultado. 

          La relación que los escritores tenemos con esa hoja en blanco, es de amor y de odio, de pasiones encontradas, de amarguras y soledades, de algarabía y desahogos, pero sobre todo, la hoja en blanco es una amante fiel para aquel que quiera poseerla, con rabia o con ternura, sabiendo con certeza que, como la concubina perfecta, jamás abandonará a su amado dejándolo a la deriva.


 
 
 
 
 
 
 
 
Nurya Ruiz

8 comentarios:

  1. Gracias por estos consejos Nurya. Una vez anotados, y protegidos (solo lectura) en ese disco duroo que todos tenemos te diré que para mi una hoja en blaco es un universo infinito dónde yo tengo la libertad y el poder del destino de cada uno de los seres que yo decida que lo habiten y eso es muy agradable porque seguramente todos los grandes problemas de nuestra humanidad tienen solución en nuestro pequeño folio en blanco. Gracias Nurya, muchas gracias.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias por regalarnos estos consejos tan buenos, que a decirte la verdad, Nuria, creo que las 2 tenemos la misma visión de lo que es un escritor y por ello yo me siento una gran escritora, pese a no tener ni un libro mío publicado de momento.

    ResponderEliminar
  3. gracias a vosotros por vuestros comentarios. Gracias.

    ResponderEliminar
  4. Manuel MEJÍA SÁNCHEZ-CAMBRONERO22 de noviembre de 2012, 21:49

    Amiga Nuria: No tengo por menos que aplaudirte no ya por la soltura que adbierto en tu redacción, sino por las ideas que expones, ya que se ajustan a la realidad, para llegar lejos escribiendo, bien en VERSO o en PROSA, se ha de escribir mucho y romper más, se han de moldear los trabajos como el alfarero la arcilla en el torno o el forjador el hirro en el yunque y no tener prisa por publicar, ya que yo le escuchaba decir a mi bendita abuela julia (lo escrito, escrito queda), por ello debemos cuidarlo al máximo.
    Realidad de realidades
    nos dices en tus renglones,
    no hay que hacerse de ilusiones,
    hay que buscar claridades.
    Huir de las tempestades
    y centrarse en el quehacer,
    bien encauzado el deber
    mas fácil te será todo
    tratando evitar el lodo
    para en éste no caer...

    ResponderEliminar
  5. Es un gran estímulo Nuria, mucha veces, por saber que no sé, he querido desistir y ahora me confirmas que, es cuando mas debo intentar escribir.
    Gracias y un gran abrazo para ti!

    ResponderEliminar
  6. No me considero ni soy poeta, también soy torpe expresando los sentimientos. Pero siempre he considerado nefasto la hoja en blanco o la pantalla vacía. Gracias Nuria por los consejos y el ánimo, porque siempre es necesario sacar fuerzas de flaquezas para seguir a veces.

    ResponderEliminar
  7. El miedo del escritor: esa página en blanco que a veces nos acobarda. ¡Gracias por los consejos!

    ResponderEliminar

Gracias por dejar vuestros comentarios.