Intento tallar unas alas en un trozo de madera
madera de noble nogal que talé en
primavera.
Alas grandes, alas fuertes que me liberen de esta prisión
y me permitan escapar de este
maltrecho corazón.
Pero mis manos no responden, anquilosadas por el tiempo
sangran y me hacen llorar porque la
gubia no puedo apretar.
¡Quiero unas alas! ¡Quiero volar! y
que me dejen tranquilo, ansío morir en paz.
Adorados hijos míos, con mucha pena
y dolor,
os pido que vuestras ansias las transforméis
en sosiego y comprensión.
Por favor soltad mis manos para
poderme marchar, sé que estáis afligidos porque se acerca el final.
Quiero unas alas de madera y no las
puedo conseguir
por favor que alguien me ayude para
dejar de sufrir.
Dedicado a todos los
familiares que sufren por sus seres queridos, a las personas que padecen y que
desean volar y a todo el personal sanitario que vive día a día los momentos más
difíciles de este crepúsculo.
Maricarmen García Sales
21 de octubre de 2012
No solo me gusta el poema, sino que estoy plenamente de acuerdo con el mensaje que trasciende. Nadie nos puede negar el derecho a decidir cómo afrontar el fin de nuestros días, ni el de volar cuando la vida ya no es vida.
ResponderEliminarEs un poema con un tinte de polémica. Las opiniones pueden variar, pero la verdad es que llegado el final la gente desea descansar. Gracias Maricarmen, tu aportación deja mucho en que pensar.
ResponderEliminarMuy triste, unas alas para poder volar....ojala fuera cierto y no fuera que la tierra nos tragara sin más amparo que su mismo abrigo...
ResponderEliminarEs cierto que la decisión es polémica, pero cuando llega el final y el sufrimiento nos vence y el dolor nos aniquila, existen personas que quieren dejar de sufrir y por mucho que les ayudes y les des esperanzas,, quieren volar... o por lo menos que no se ensañen con ellos. No estoy a favor de la Eutanasia, de ninguna manera estaría de acuerdo,pero sí en contra del ensañamiento terapéutico y otras medidas cruentas.
ResponderEliminarVenimos a este mundo sufriendo y no me gustaría marcharme de la misma manera cuando existen medios para evitarlo. Un abrazo amigos.
Desgraciadamente cuando nos toca sufrir nadie nos quita ese sufrimiento.
ResponderEliminarDesde ambos puntos de vista creo que una partida es dolorosa, para los que quedamos aquí y para los que parten. Creo que el poema deja muy en claro la perspectiva de quien desea cortar el sufrimiento de seguir cuando la senda ya no lleva consigo calidad de vida.
ResponderEliminarMe gusta. Quisiera preguntarle a la autora: ¿Por qué 'Alas de madera'?
ResponderEliminarTenemos que dejar marchar a quien se quiere ir. El peor sufrimiento...sufrir porque te ven sufrir.
ResponderEliminarMe gusto tu poema Maricarmen,,, Un Beso Grande.
Manuel Barranco Roda