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viernes, 30 de agosto de 2019

Amor inter espacial


Año 2122, los viajes a las colonias de Marte se han incrementado en los últimos años, desde el 2050 que llegó la primera colonia, las cosas mejoraron mucho. Hay verdaderas ciudades donde se puede respirar como en la tierra, y todos los recorridos de una ciudad a otra se realizan por unos tubos que se conectan, así que el peligro es mínimo. También es reconocible que viven habitantes de otros planetas fuera de nuestra galaxia, detectados en las primeras décadas del siglo veintiuno; aunque hasta el 2080 no se tuvieron datos certeros al menos de dos de ellos, el planeta G-127 y el planeta Y-222. Precisamente se descubrió vida en el primero, seres algo parecidos a nosotros, muy buena gente, la única diferencia es que no tenían pelo en ninguna parte y que los órganos sexuales se situaban en la espalda, curioso; pero era así, por lo demás decían que eran muy atractivos, sobre todo porque sus enormes ojos, casi todos de color azul y verde. Después de las primeras comunicaciones, decidieron acercarse primero a las colonias de Marte y allí las cosas fueron tan bien que algunos se quedaron. Podían respirar tanto dentro como fuera de las ciudades, lo que facilitaba los arreglos de cualquier rotura o fuga fuera de la colonia.

A mí la verdad es que nunca me atrajo irme a esas colonias, me encontraba bien en la tierra; pero desde que murió Cris, nada me importaba, ni nadie me retenía aquí. Así que decidí apuntarme a uno de esos viajes ínter espaciales con un trabajo de informático, muy cotizados en ese lejano lugar...

El viaje fue alucinante, sobre todo cuando vi la tierra tan redonda y pequeña desde el espacio. Ahora los viajes se hacían en un día no como al principio que se tardaba un mes. Cuando llegué, nos recogieron y llevaron a nuestras nuevas viviendas. No se parecía nada a las de la tierra, el metal y la curva ganaba a la recta.

Cada vivienda disponía de lo necesario, cocina, un pequeño comedor, una habitación y un baño. Me instalé y al día siguiente me dirigí a mi nuevo trabajo. Para el transporte cogí lo que llamaban lanzaderas sobre raíles, en forma de supositorio, muy parecidos a los autobuses terrícolas, levitaban sobre ellos y en cuestión de pocos minutos te llevaban a tu destino, en mi caso un edificio en forma tubular de unos cincuenta pisos, daba un poco de vértigo la verdad, menos mal que yo me quedaba por la mitad, que ya estaba bien. Unos tipos bastante altos se presentaron como mis jefes de zona, y me dieron la bienvenida llevándome a mi mesa, allí me enseñaron mi ordenador que a simple vista no se veía, sin embargo, al mover las manos en diferentes direcciones te aparecía una pantalla holográfica al igual que un teclado para poder escribir. Mi misión consistía en la realización de estadísticas sobre los habitantes de las colonias, sus aficiones, comidas, etc. Todo ello servía para que el gobierno de allí pudiera mejorar la vida en las ciudades.

En uno de los descansos paseé un poco por toda la sala y descubrí también trabajando un ser del planeta G-127, eran tal como me habían dicho, del género femenino, lo sé porque era un poco más bajita que los masculinos, iba con una especie de uniforme azul y plateado que le hacían juego con sus enormes ojos y largas pestañas. No me pude estar, la saludé y me presenté. Si, ya sé que pensaréis, con todos los terrícolas que había; pero la verdad es que llamaba la atención. Se veía buena persona y al cabo de un par de meses ya habíamos congeniado; aunque ella vivía por otra zona, a veces nos quedábamos hablando un poco más o íbamos a algún bar de alrededor, —que no se diferenciaba de los de la tierra mucho, solo en el material que estaba construido— hasta que un día le propuse que viniera a mi apartamento, y la verdad es que me dijo rápidamente que sí.

En el apartamento no disponía de mucha comida ni bebida, ella con mucha sinceridad me sugirió que no le importaba, supongo que ya sabía a lo que venía. Aunque deseaba besarla no sabía si a ella le gustaría; pero fue la primera en lanzarse y llevar la iniciativa, me llevó las manos hacia sus zonas erógenas, la boca, la barriga. Tenía unos pechos muy pequeños y no  le gustaba que se los tocara, hasta que al final se dio la vuelta y  en la zona baja de la espalda, —sin llegar a nuestro culo, ella no tenía la división, solo más abajo se observaba una pequeña abertura donde se dividían las piernas— allí estaba situado un agujero, monté sobre su espalda y introduje mi miembro en él, enseguida noté como se abría y se cerraba una especie de músculo que me hizo vibrar de placer, hasta que los dos llegamos al éxtasis, fue maravilloso y largo, nunca tuve un orgasmo tan prolongado.

Desde entonces nuestros encuentros fueron constantes, hasta que ella decidió venirse a vivir conmigo. Nunca he deseado regresar a la tierra, aquí lo tengo todo, ¡ah! y hemos tenido un hijo, una mezcla preciosa de los dos; pero con un pene igual que el de su padre, en eso si se parecía a mí.




Carmen Andújar Zorrilla.


7 comentarios:

  1. Enhorabuena Carmen Andújar, me has hecho alucinar con ese ser inter espacial. Te confieso que yo no soy guerrera del espacio, pero tengo a mi lado a un fanático de galaxias y he disfrutado con este relato tuyo.Excelente.Un abrazo

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  2. Me gustó. El Amor gana en cualquier lugar.

    Un besito grande.

    Lolotónico
    Manuel Barranco Roda

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  3. Muchas gracias Mpiliescritora, quién sabe si hay otros seres por ahí que nos observan y son más atractivos. que nosotros.
    Un abrazo

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  4. Siempre es interesante dejar volar la imaginación para llevarla a otros sitios, conocer otras razas y bueno, aumentar el linaje genético. Después de todo, venimos del mismo sitio. Muy bueno Carmen.

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  5. Eres muy valiente al cambiar de tema y estilo en tu escritura.
    Esta vez me has sorprendido por lo arriesgado y fantasioso. Debo admitir, que me gustan más tus anteriores relatos, pues con este no te identifico, pero de todas formas te felicito porque has conseguido sabiamente salir de tu zona de confort atreviendote a escribir algo tan diferente.
    Enhorabuena!
    Espero que la revista continue, después de la pausa, para seguir disfrutando con tus escritos.
    Un abrazo
    Rocío

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  6. Gracias Somet, desde luego la imaginación es imprescindible para escribir, y aquí la he dejado volar bastante.
    Un abrazo

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  7. Gracias Rocio, bueno como dices tú siempre es bueno arriesgarse. Ya he escrito con este estilo, de hecho tengo un libro tipo fantástico.
    Un abrazo

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