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domingo, 16 de junio de 2019

Fran Tallerman - Escape del Het'Mandje

La Colonia I de Lespk tiene ese nombre porque era la primera del arreglo entre sus pares. No sólo era una de las más grandes, su generador de microondas a partir de energía solar alimentaban al resto de las colonias que están bajo su “sombra”. Debido a su posición fue la elegida por la infantería del general Lillith Tallerman para acuartelarse durante su escape de territorio oreliano. Ahora que no se encuentran, los carteles de reclutamiento en todas partes recordaban a todos que la guerra continuaba, aunque no quisieran admitirlo.

Esto es especialmente ominoso para los que se encontraban en edad de recluta. Los muchachos y los jóvenes adultos estaban conscientes de que pronto comenzaría la lotería; ni el sexo ni la posición social serían disculpas para ninguno, porque la guerra amenazaba con destruirlo todo y no había otra opción más que pelear.

Ante la revelación de que pronto perderían su libertad y si no tenían suerte su vida, miles de muchachos se aproximaron a la única ciudad de la colonia, Li’Chestea; ya fuese para reclutarse o para divertirse. No era casualidad que los centros de reclutamiento se encontraran en la misma calle que Los Dos Klics de la Perdición; la concentración más grande de bares, clubes nocturnos y salones de baile de toda la colonia.

Para Fran Tallerman esto era la norma. El hacinamiento era la norma. Calles infinitas llenas de bares eran la norma. Como una niña de bien ella no debía acercarse a esos antros de perdición. Pero su padre no estaba, como tampoco estaba la madre de sus compañeros de travesuras. Estaban bajo la supervisión del tío ausente de los muchachos. Esto era una invitación a las travesuras y el descarrió. Esa noche decidieron jugar a adultos, salir a una discoteca en esa calle, sin permiso por supuesto. Por eso se vistieron de forma estrafalaria; ella de rosa, Jean de negro y Pierre con un vestido rojo de su madre. Por su mente pasaban muchas cosas, culpa por hacerle caso a los gemelos, remordimiento por sedar a su hermana para dejarla en la casa, miedo por lo que fuese a pasar en ese sitio sólo para adultos.

–Esto es una mala idea.

–Opino lo mismo Pierre, esto es una mala idea.

–No me arruinen la diversión, chicos– contestó el muchacho mientras se acomodaba la falda. –Además, te dije que el Het’Mandje tiene tres pistas de baile geniales. ¿O ahora ya no quieres bailar? Buhh… Buhh…

Fran odiaba ser tan transparente. Realmente le incomodaba la diminuta camiseta rosa que mostraba su vientre, temía que se notara su pierna sustituta con la falda que usaba. Pero quería bailar, así que con una aspiración guardó silencio hasta que llegaron a la puerta de metal de un edificio clásico de tres pisos. Phillipe fue quien se adelantó y tocó tres veces. Una hendija se abrió en la puerta, este pasó un tiquete y tras una bulliciosa secuencia de ruidos incómodos la puerta se abrió y los dejó pasar.


Allí fue donde ella se maravilló. Era cierto lo que le había dicho, el lugar tenía tres plantas, con inmensas salas de baile interpuestas una encima de otra. En la primera planta bailaban los travestidos, lo hacían con una gracia y naturalidad que la sonrojaban. En los otros dos pisos había comensales bebiendo o bailando, fuesen hombres o mujeres, en parejas o solos, pasaban un buen rato dentro del local.

–Jean, vamos a bailar.

–No, Fran… Ve tú.

–Pero…

Ella quiso continuar, pero sabía que Jean estaba realmente apenado y no se sentía en la capacidad de complacerla. Tras un suspiro, ella subió al segundo piso y bailó en la pista al ritmo de la música. Tenía tanto tiempo de no hacerla que se dejó llevar por el ambiente. Ella apenas se dio cuenta cuando tuvo pareja, lo aceptó de buena gana y ambos bailaron con todas sus fuerzas. Hasta que en una vuelta de pronto se tropezó con una figura alta de negro. Por un momento sintió real temor, hasta que logró identificarlo.

¡Jean!

Ella enlazó su corazón con el de su pareja y ambos bailaron hasta perderse. Ninguno se percató de que tocaban una pieza suave. Conforme seguía la música ella se abandonó en sus brazos y permitió que el ambiente la envolviera. Mientras moría la canción, su compañero usó la mano para subir su rostro. Sus ojos se fijaron entre sí en un momento que le pareció eterno.

Vamos, Jean... Bésala... Tú puedes hacerlo, hermano.

Fran no pudo contener la carcajada. Él la acompañó. Ambos conservaron su sonrisa por un instante, ella cerró los ojos, apretó la boca y esperó el beso prometido. Pero en ese momento la luz hirió sus ojos cerrados.

–Jean… Es una redada… Saca a Francisca por el baño de hombres… No permitas que los atrapen o su padre nos mata...

Sabía que era una mala idea. Ella tomó de la mano a Jean y se dejó guiar. Ante las luces parpadeantes y los sonidos estridentes, lograron llegar al baño pero la puerta de emergencias estaba cerrada con un candado. Podía sentir la desesperación de Jean al ver la puerta, por lo que con un suave gesto lo apartó.

–Cúbrete.

El sistema controlador de su pierna izquierda calculó la fuerza necesaria, su patada hizo pedazos el cerrojo. Ella lo tomó de nuevo de la mano, salió por la puerta y activó la habilidad de percibir los pensamientos en toda su capacidad. Con ella pudo sortear a los oficiales que estaban esperando en la salida de emergencia al subir unas escaleras, salieron por el segundo piso de un apartamento a un callejón. Recorrieron el callejón por un largo rato hasta que su mente dejó de percibir a las autoridades. Con la calle principal a la vista, ambos repusieron su aliento contra una pared, cuando lo recuperó tuvo a la vista a su pareja y recibió sus impresiones mentales de golpe. Él no solo la deseaba, la adoraba, su corazón la amaba locamente, pero no tenía la capacidad de decírselo. Muchas cosas pasaban por su mente, pero su mayor temor era que no lo correspondiera.


No lo pensó dos veces. Ella lo abrazó con pasión y lo besó atropelladamente. Ella también lo amaba. Adoraba su amabilidad, el cariño con su familia las había recibido a ella y a su hermana. Pero lo amaba a él, a su timidez y a su forma de decir las cosas en silencio. En ese momento Jean se abrió y ambos expresaron el enorme cariño que sentían el uno por el otro.

Jean dio el siguiente paso. Sus manos bajaron a sus caderas, pudo sentir que estaba emocionado por todo lo que estaba pasando, esto la asustó. Por eso puso su mano sobre su pecho y apartó su beso con delicadeza. Lo que la sorprendió fue que él también lo hizo.

–Paraste… ¿Por qué?

–Phillipe… Mi hermano me ha explicado el idioma de las manos. Si la mujer pone la palma sobre tu pecho quiere distancia. Debes dársela.

–Tú hermano es especial. Tiene ese don para comprender las cosas. Es una lástima que tu madre nunca vaya a pagar por su sueño debido a su formación moral.

–Nunca te hemos dicho eso.

Fran sintió como un balde de agua fría caía sobre su cuerpo. Sabía que había metido la pata, su padre se lo había advertido claramente. No todos verían de la misma forma que ella descendía de una irezumi, muchos la odiarían si la descubrieran. Pero su pareja acarició su cabello y esbozo una sonrisa pícara.

–Lo supe desde el día que te conocí en el hospital de campaña. El doctor mencionó que tu pierna era un modelo reciente, exclusivo de las irezumis. Se los dije a mi madre y a Phillipe ese mismo día.

–¡No sabes que fisgonear es una mala costumbre!

–También escuché cuando le confirmaste al doctor que tu madre probablemente era de esa especie. La pregunta es, ¿por qué lo ocultaste?

–Nuestros padres nos advirtieron nunca revelar que poseemos estos dones. Creía que mi madre era una clase de experimento, mis poderes y los de mi hermana eran heredados. Pero cuando perdí la pierna en el nodo 350, las irezumis me hicieron un examen y resultó que mi madre era una exiliada de esa especie... Eso es lo que me produce más temor. Las irezumis son monstruos sin moral. Yo también seré un monstruo ajeno de moral…

–No he visto a una irezumi que sea fea. ¡Serás un monstruo hermoso!

Un codazo bien colocado en el brazo fue su única respuesta. Pero su molestia se cambió a risa cuando él no pudo evitar las carcajadas. Ambos rieron por un rato, tras lo que repuso.

–Invitame a algo dulce y te perdono.

–Trato hecho.

Ella permitió que la tomara de la mano y ambos salieron a la calle, a buscar un lugar donde comer, donde conversar y donde pasar tiempo de calidad. Pero ambos sabían que sea lo que fuese a pasar, habían dado el primer paso en un camino que recorrerían juntos.


Carlos A. Molina Velázquez

7 comentarios:

  1. Un texto muy original y futurista. Veo que las guerras no acaban en el futuro, ni tampoco las chiquilladas peligrosas, aunque el amor como en las buenas películas siempre triunfan.
    Un abrazo

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    1. Sinceramente yo soy de la creencia que el ser humano es una criatura que nació del conflicto y procura vivir para evitarlo. Los chiquillos siempre serán chiquillos, aunque vivan en un futuro imaginario. Y si, el amor triunfa, aunque no termine en un tórrido episodio de pasión. Gracias, Carmen.

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  2. Me gusta mucho el relato.
    Es un posible futuro.
    Para mí,
    es un texto costumbrista,
    la lucha eterna entre el mal y el bien,
    dónde la juventud y el amor renacen
    una y otra vez
    como en cualquier época de nuestra historia.
    Un abrazo grande
    Lolotónico
    Manuel Barranco Roda

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    1. Siguiendo el ejemplo de otros autores de ciencia ficción, muchos indicios de como será el futuro se encuentran en el pasado. No se puede evitar que los jóvenes sean traviesos y que el conflicto sea parte de nosotros. Gracias Manuel.

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  3. Una vez más nos dejas con la boca abierta, por tu gran capacidad de contar tanto en tan poco espacio. Tu imaginación es desbordante, y me pregunto una y otra vez, de qué fuentes bebes para abrevar tu sed y nutrirte. Veo que lo futurista te encanta, y por encima de ello, siempre hay una historia de amor.
    Sigue deleitándonos con tus relatos repletos de visiones futuristas, difíciles en algunos casos, al menos para mí, por comprender, pero que describes fabulosamente.
    Felicidades
    Un abrazo
    Rocío Ruiz

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    1. Gracias Rocio. Tanto la Familia Helviana como estos relatos futuristas tienen base en cosas que he trabajado por años y esa es la base que uso. Creo en la próxima entrega trabajaré con algo más cercano al presente, que será imaginativo pero creo que un tanto radical. Y considero que la fuente es la misma de todos, sólo que a veces me atraganto mucho. Gracias de nuevo.

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  4. Descriptivo y emotivo relato futurista. Igual me asombra la capacidad imaginativa para crear tan características situaciones y entornos.

    Felicidades Carlos!!!

    Un abrazo.

    Hollman

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