Como os
prometí a todos —los lectores de la Revista—, he de confesaros que es la
primera vez en mi vida, que "vivo" la Feria del Libro desde otro
prisma muy diferente.
Cubrir el
reportaje de la firma de estos dos escritores, desde luego que ha sido todo un
reto personal para mí.
La mañana del
miércoles 5 de Junio amaneció soleada en Madrid; como cada día me dispuse para
ir a la formación que estaba recibiendo para trabajar en Bankia. Todo en un
principio parecía normal; todo, menos el "come-come" que sentía en mi
interior ese día.
Tenía mil
dudas de si ir o no a cubrir el evento; por una parte sentía una enorme
responsabilidad de ir y no fallar a esos escritores y por consiguiente, no
fallar a ediciones Carena; pero por otra parte el miedo, el cansancio y sobre
todo el no estar a la altura de hacerlo bien, hizo que por un instante dudase.
Pero... ¡No
podía! Tenía que estar, y no por obligación, ¡no!, sino porque realmente
quería.
Levantarse a
las 5:00 de la mañana todos los días, os aseguro que pasa factura. Salí de la
formación a las 15:00 de la tarde y llegué a mi casa a las 16:30. Tan solo me
dio tiempo a comer algo rápido, contestar algunos correos pendientes, e
intentar acicalarme para estar "presentable" ante sendos escritores,
—que estuviera o no, no lo sé—.
Salí de mi
casa sobre las 17:30, sabía que iba con el tiempo justo para ir a la Feria,
pero era imposible de otra manera.
Camino a la
estación de Pozuelo de Alarcón, para coger el tren hacia la estación de Atocha,
el corazón me latía rápidamente, y sin cesar me preguntaba. ¡Qué hago yo aquí!
¡Qué voy a decir cuando les vea! ¡Cómo me voy a presentar!
Ya de camino
a la feria y entrando por el Retiro, me compré una botella de agua, —30º grados
a esa hora es sofocante— para mitigar el calor que hacía. Miré el reloj, eran
las 18:30 y Jesús San Gil, se iba a las 19:00. No es que fuera corriendo
—¡No!—, es que iba andando tan rápido que la gente se iba apartando por donde
ésta reportera intrépida iba pasando, para no verse embestido por una mujer
Tauro, que en ese instante parecía un desbocado "Miura".
Todo el cansancio que tenía, desapareció cuando llegué al Stand y vi a Jesús con ese brillo en los ojos, que tienen los escritores cuando están disfrutando de un momento que no deja de ser especial.
Os juro que ya no sé que dije, ni como lo dije, ni como me presenté, solo sé que al rato estaba dentro del stand hablando con Jesús y con Gema —que acababa de llegar en ese instante—.
Vivir la
Feria del Libro desde dentro de un stand, no tiene parangón, a como yo lo había
vivido hasta ahora. Discrepo conmigo misma, porque no sabría deciros quien
estaba más feliz, si ellos, que iban a firmar los ejemplares de sus obras, o servidora
por verles tan radiantes.
El ambiente
"de buen rollo", que había en el Stand era inigualable. En seguida
todos empezamos a hablar como si nos conociésemos de toda la vida.
El público se
volcó de una manera admirable, comprando libros; y ésta reportera tuvo que
tragarse por un instante sus lágrimas al sentir tanta felicidad compartida.
Tengo que
agradecer a Miguel (La Librería Marabunta), que me dejase entrar dentro del
Stand y poder experimentar lo que allí sentí.
Y sobre todo
a Jesús San Gil y a Gema Theus, por haberme permitido realizar estas fotos, que
ahora todos podéis ver, en las que se puede "respirar" el buen ambiente
que hubo.
Esas sensaciones de miedo, respeto, temblor y pasión; se volverán a
repetir el próximo 12 de Junio en el Stand 118 de la Librería, La Marabunta; a
las 18:00 de la tarde con Víctor Charneco (Devuélveme a las once menos cuarto)
y a las 19:00 con Esther Ginés (El Sol de Argel); espero que ambos me permitan
disfrutar de una tarde tan mágica e inolvidable como la del pasado 5 de
Junio.
Invito a todos los
lectores de La Revista de Todos, —que sé, que son muchos los que desde Madrid, nos
leen—, que compartáis conmigo una tarde llena de emociones, en la que además de
comprar ejemplares firmados por grandes escritores y mejores personas; también
podréis poner un rostro a ésta intrépida "reportera" que dirige y
escribe —o eso intenta—, en La Revista de Todos.
No puedo despedirme sin
dar las gracias a ediciones Carena, por permitirme el lujo de pasar una tarde
inolvidable.
Eva Mª
Maisanava Trobo
Gracias por tu estupenda y entusiasta crónica, Eva, y por apoyar a estos magníficos autores.
ResponderEliminarGracias, Esther. Si nada me lo impide estaré contigo el próximo 12 de Junio acompañándote. Besotes.
EliminarGracias Eva, eres una excelente persona. Me alegro de conocerte.
EliminarGema Theus