Levántate
de tu lecho de piedra ángel.
Sortilegios
malditos emanan de mi mano izquierda,
hechizos
nombrados en susurros salen de mi boca como flecha,
mientras
son pronunciados por mi mano derecha,
Éire nos
concede sus alas, y empuñas en juramento
a
Kusanagi-no-Tsurugi. Se levanta ángel mío tu cuerpo,
de tu boca
un grito silente que hace temblar los templos.
Poco a
poco envuelve tus huesos una llama,
has
venido del eterno descanso al otro lado de la muralla
para
protegerme en mi última batalla.
Tantos
caminos fallidos amarrado corazón,
yo te
convoco Yuuki Kuran en ésta mi última revolución.
Para
protegerme de los demonios de la duda y la sin razón.
En esta
la más oscura de todas mis noches
estaremos
solos tú y yo, en guerra total sin un reproche,
al final
de esta cruzada seremos uno en este instante sin goce.
Juan Magdaleno Flores
Muy enérgica la poesía. Habla de asuntos que no conocemos, pero que suenan interesantes.
ResponderEliminarSiempre la pasión es elevarse e intuir la feroz batalla interna! Gracias Por tu comentario Faustino, Un saludo!
ResponderEliminarUna prosa para interpretar. Me encanta tu originalidad y diversidad en la temàtica salida de lo comùn para expresar tu interioridad. Felicitaciones.
ResponderEliminarTRINA
Gracias Trina agradecido por tus palabras, a veces las aguas son calmas y tranquilas otras en las que rasgan el alma, y me dejo llevar, nuevamente Gracias!
EliminarMe gustó, aunque en algunos tramos me costó entenderla, Un saludo
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