Alguien ha
llamado
a mi
puerta,
y he dejado
que entrara,
y al mirar
para ver quién era,
estabas tú...,
tan
sonriente como siempre,
tan dulce
como te recordaba,
por un
momento se me paró
el corazón,
creí que no
podía respirar,
y en un
minuto pensé que me moría.
Amor,
si tú
supieras lo que yo siento
realmente
por ti,
pero nunca
lo sabrás,
me juré a
mí misma
que nunca
lo sabrías,
por no hacer
daño a otra persona,
que te
quería y se me adelantó.
Sufrí mucho
cuando te fuiste
con ella de
la mano,
y ahora que
ha pasado el tiempo,
mi herida
se vuelve a abrir.
No sé que
te ha hecho volver,
pero quiero
que te vayas cuanto antes,
porque sé
que si te quedas
no habrá
consuelo alguno para mí.
Luz Begoña Delgado Santano
Sorguineak
la poesía es decir sin contar, dejar ver sin explicar. Sigue aprendiendo Luz, tienes madera.
ResponderEliminarsufrimiento, dolor, saber que nunca le tendras... Hermoso poema
ResponderEliminarLindo poema, Saludos!
ResponderEliminarUn poema escueto pero intenso en el mensaje. Qué difícil resulta ser la vida.
ResponderEliminarUn bello poema impregnado de nostalgia.
ResponderEliminarSoy poco para la poesía. Esta muy bueno el relato, aunque me perdí en los tiempos. Saludos!
ResponderEliminarel sufrimiento por el amor puede resultar eterno a veces. Difícil luchar contra él. Has trasmitido muy bien el mensaje. Enhorabuena
ResponderEliminarCuánta tristeza. Pero en el fondo, no hay mejor prueba de amor que dejar marchar lo que más se quiere. Está muy bien el poema.
ResponderEliminarUfff, precioso poema. Una muestra de amor irrefutable, el callar por no dañar aunque la más perjudicada sea la persona que sufre en silencio por su condena voluntaria.
ResponderEliminarPrecioso
lindo
ResponderEliminarun beso
Manuel Barranco Roda