Tu mirada clara, tu semblante sereno.
Tus palabras limpias sin asomo de culpas ni
reproches, tiemblo de emoción a tu lado, pues mi propia imperfección me delata.
Corro a tus brazos buscando protección de niño
ante el descubrimiento de sus travesuras.
Amorosamente, primero mimas y después
reprendes, hace sentir tranquilidad para poder discúlpame.
No juzgas, no condenas, tal vez no sin dolor,
comprendes.
Me siento pequeño ante tu grandeza humana,
ante tus detalles de mujer de bien.
Es como si no te mereciera, para ti todo tiene
solución mientras que yo me enredo entre mis ideas liberales convenencieras.
Me sabes caprichoso, voluble e impulsivo y
encuentras en mi arrogancia toda la verdad de lo frágil que siempre soy ante
ti, ante la vida, ante el mundo.
Solo tú me das valor y fuerza.
Solo tú eres capaz de transformar un huracán
destructivo en brisa agradable.
Me consuela saberte a mi lado, saberme
afortunado.
Sentir que, a pesar de todo, Dios es bueno
conmigo.
Hugo.
15/06/12
Es realmente bello... Me ha emocionado muchísimo. Gracias por compartir con todos nosotros esas bellas palabras.
ResponderEliminarEsta sentimental, como para un momento de parejas. Pero debo admitir que aquí no es mi estilo. Aún así, me recuerda una interacción con parejas. (y)
ResponderEliminarAmigo Hugo: Es un breve relato, pero tiene cierta sustancia,se aprecia de alguna manera agilidad en las expresiones tocando el amor con sutilidad como se demuestra en la foto.
Manuel Mejía Sánchez-Cambronero