Víctor J.
Maicas Safont nos regala el prólogo de una de sus novelas "La playa de
Rebeca", leyendo esto está claro que si desde que hice el vídeo, sentía
que era parte de mí. Ahora no me cabe la menor duda de que también será parte
de vosotros. Espero que disfrutéis de su lectura, como yo lo hice al
transcribirlo. ¡Gracias Víctor!
Prólogo
Es curioso ver tu rostro en el
espejo. A menudo pienso que siempre ha sido así, marcado por las cicatrices del
tiempo, de los años vividos intentando encontrarte a ti mismo. Hubo un tiempo
en el cual mi cabello era oscuro y mi alma limpia y pura, como el vestido de mi
madre frente al altar. Con el paso del tiempo, mi cabello se fue volviendo de
un delicado color blanco, mientras mi alma se fue oscureciendo por momentos.
A mis casi cincuenta años, he
conseguido aclarar mi alma y teñir mi cabello con ese tinte que te devuelve a
la vida, que te la hace beber a sorbos, paladearla y sentir su sabor,
apreciando intensamente esos pequeños instantes que alguien te regala, y que
quizá con veinte años no sabes apreciar. La historia que os voy a contar la
viví hace un tiempo, cuando estaba inmerso en una de mis habituales crisis
existenciales, en una época en la que no quería recordar lo vivido y en la cual
aprendí a apreciar, paradójicamente, lo mucho y bueno de mi pasado, desterrando
de mi memoria aquella sensación de soledad que nunca me había abandonado.
Como me aconsejó Rebeca en una
ocasión, intento aliarme cada día con el tiempo, que sea mi amigo, que me
cuente el secreto de cada edad, de cada época, y que cada minuto sea el primero
de mi nueva vida. Hoy por hoy, intento recordar lo mejor de lo vivido, que no
es poco, pero sobre todo, intento pensar en lo mucho que dentro de unos años
tendré para recordar.
Víctor J. Maicas Safont
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar vuestros comentarios.