Carmen
-me preguntaba-, ¿Por qué los seres humanos estamos dormidos? ¿Qué es lo que
está pasando?. No se reacciona ante nada: desequilibrios mundiales, abusos,
hambre…
Es como
si en el aire flotara la anestesia que nos tiene a todos adormecidos, a
excepción de los más hábiles que lo producen y ellos sí, ellos se protegen.
Esta
anestesia la respiramos en el aire, nos la transmiten por la prensa, política,
deportes, alimentación, moda y a través de cualquier medio de comunicación
Vivimos
tiempos difíciles, tiempos muy especiales, tiempos que serán muy duros para
quien no esté preparado. Es nuestro deber activar la mente y usar la sensatez.
Todos, absolutamente todos tenemos las herramientas para fortificarnos y lograr
vencer.
Mente,
¿qué podemos hacer contigo?.
Pararos,
pensar y sacarme partido. Tenéis en vuestro poder un verdadero mecanismo
perfecto pero, aún, para muchos es desconocido.
Quizás,
lo más fácil para vosotros sea seguir viviendo en el lecho de los resignados,
de los rendidos, sin querer ver la realidad, sin luchar por vuestros ideales,
por vuestro respeto, por vuestra dignidad, por vosotros mismos.
Vivís en
un mundo cansado, sin ilusiones, falto de utopías y de ideales.
¡Pobres
seres humanos!. -Dijo mi mente. -Cuánto os queda aún por aprender. Deberíais
cultivar una mente sabia, abierta, activa, firme, con fuerza y convicción e
independiente. Esto os haría más inteligentes, sabios, con determinación y
exentos de toda manipulación.
La mente
es como un paracaídas al que debéis cuidar y desplegar día tras día, al menos,
eso sí, si queréis vivir una vida digna.
María del Carmen Aranda
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