VISIÓN ANGELICAL
ORIGINAL: TRINA LEÈ DE HIDALGO
Toda
esa belleza geográfica, la disfruté también con mi hijo MANUEL, mi eterno
acompañante, un ser especial con sobrados dones espirituales y creativos. En
ese tiempo, hacía su pasantía de Licenciado en Educación Integral y la
profesora IRENE, donde la realizaba, específicamente; en la escuela Estadal
TERESA DE LA PARRA, como parasicóloga, nos dijo que iba a tener unas visiones
agradables. Nos miramos estupefactos y se olvidó la cuestión.
Hace cinco navidades, vivíamos en Mérida, una
ciudad de los Andes Venezolanos, con sus montañas llenas de nieve y frailejón,
su frío penetrante y su variada flora. Allí pensamos mi desaparecido esposo y
yo, pasar nuestra senectud. Jubilada de
educación desde hace muchos años, dimos un vuelco a nuestras vidas en procura
de un cambio de ambiente, clima y de esa espiritualidad que siempre me ha
reclamado. Asentados en una considerable altura sobre el nivel del mar, en un
sector denominado SALADO ALTO, una casa de campo grande, con jardines hermosos
y chimeneas, también nos encontrábamos rodeados de limosas montañas que no me
cansaba de contemplar bajo una copiosa neblina. Había magia en el ambiente,
silencio, paz, armonía, que profundizaba nuestra fuente cantarina. Al frente,
bosques que explorábamos para bajar con piñones inmensos y musgo barba de palo.
A la derecha, la carretera y un pinar lleno de avecillas exóticas. Dicen los
vecinos, que con muchos duendes que nunca vi. A la izquierda, más montañas con
el misterio de una luz asentada en el Páramo de los Conejos que resplandecía
como un espejo hasta media mañana y que los geógrafos no han podido encontrar
su origen.
Llegó
la navidad del 2.007. La decoración de la casa quedó espectacular. Llegaron también
mis otros dos hijos con sus proles y esposas. Y el 24 en pleno regocijo y
entusiasmo, ese que te impregna del amor y unión familiar, mi hijo Manuel,
empezó a tomar fotos. Cuando se centró en diferentes perfiles del arbolito, le
vi un gesto de asombro. Retrocedió como asustado, volvió a enfocar la cámara y
repitió la misma actitud. ¡No podía hablar ni accionar la misma! Cuando lo
intenta por tercera vez, todo se había esfumado. Vio un hermoso ángel, una niña
con cabello rubio, facciones finas, una túnica color vinotinto de terciopelo,
cuello blanco con encaje, con las manos hacia atrás, sonriente, contemplaba
anonadada el arbolito. Para el fue un momento de éxtasis y contemplación y su
descripción quedó grabada en nuestras mentes como si nosotros también lo
hubiésemos visto.
Esa navidad fue una de las más gratificantes por el verdadero significado de estas festividades, la profunda convicción de que ese Dios que nace el 24 es verdadero, por la intensificación de nuestra fe y la creencia en los ‘ángeles, que si existen. Ahora vivo tranquila, porque se que tengo dos: el secreto, con el que converso diariamente; y mi hijo Manuel que vive pendiente hasta del ruido de mi respiración, Se que mientras escribo esta narración, algunos ángeles estarán viéndome y sonriéndose y con ellos, quiero desearles a todos los lectores; una ¡FELIZ NAVIDAD!
Esa navidad fue una de las más gratificantes por el verdadero significado de estas festividades, la profunda convicción de que ese Dios que nace el 24 es verdadero, por la intensificación de nuestra fe y la creencia en los ‘ángeles, que si existen. Ahora vivo tranquila, porque se que tengo dos: el secreto, con el que converso diariamente; y mi hijo Manuel que vive pendiente hasta del ruido de mi respiración, Se que mientras escribo esta narración, algunos ángeles estarán viéndome y sonriéndose y con ellos, quiero desearles a todos los lectores; una ¡FELIZ NAVIDAD!
Trina Leé de Hidalgo
Trina, no puedes imaginar lo mucho que me encantó tu relato navideño. Tan personal, tan humano, tan tierno. La descripción del paisaje que rodea la casa, la gratitud y admiración para Roberto y la aparición del ángel frente al árbol ponen el toque de gracia que la Navidad se especializa en darnos.
ResponderEliminarQue tengas una Navidad angelical con tus seres queridos.
Gracias amiga linda, eres muy gentil al expresar tan grato comentario. Contigo en la distancia.
EliminarTRINA
Definitivamente es un relato muy cercano al corazón, cercano con la familia. Feliz Navidad, y que puedas encontrar a esa entidad de nuevo.
ResponderEliminarSi amigo, una experiencia maravillosa e inolvidable. Ojalà se repitiese.. Abrazos fraternos.
EliminarTRINA
Para los de este lado del océano, es fantástico vivir de cerca la majestuosidad del paisaje, de las personas y de los duendes y otras maravillas de los que te hayas rodeada. Muchas felicidades y que disfrutes de todos esos alicientes que te endulzan la vida.
ResponderEliminarGracias amigo, hermosa respuesta, un placer que me hayas visitado, cariños desde mi querida Venezuela.
EliminarTRINA
DÍGOLO COMO LO SIENTO
ResponderEliminarEste relato cercano
que está saltando a la vista,
es de corte muy realista
con el entorno muy llano.
Es de los que están a mano
en cualquier hora y momento;
y no precisa del viento
para el vuelo levantar,
nació sabiendo volar
controlando el movimiento...
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Manuel MEJÍA SÁNCHEZ-CAMBRONERO
Amigo què alegrìa que me contestes con un hermoso verso, me encanta que mi cuento te haya inspirado. Abrazos en la distancia.
EliminarTRINA
Tus relatos vivos y la alegría de experiencias a lado de tu maravillosa familia exalta el valor de la Navidad mi querida Maestra.
ResponderEliminarQue de cosas bellas nos dices siempre.
Gracias amigo Hugo, eres un amor con tus respuestas cotidianas y constantes. Abrazos desde mi querida Venezuela.
EliminarTRINA