viernes, 21 de diciembre de 2012

Visión angelical

VISIÓN ANGELICAL
ORIGINAL: TRINA LEÈ DE HIDALGO

 

Hace cinco navidades, vivíamos en Mérida, una ciudad de los Andes Venezolanos, con sus montañas llenas de nieve y frailejón, su frío penetrante y su variada flora. Allí pensamos mi desaparecido esposo y yo, pasar nuestra senectud.  Jubilada de educación desde hace muchos años, dimos un vuelco a nuestras vidas en procura de un cambio de ambiente, clima y de esa espiritualidad que siempre me ha reclamado. Asentados en una considerable altura sobre el nivel del mar, en un sector denominado SALADO ALTO, una casa de campo grande, con jardines hermosos y chimeneas, también nos encontrábamos rodeados de limosas montañas que no me cansaba de contemplar bajo una copiosa neblina. Había magia en el ambiente, silencio, paz, armonía, que profundizaba nuestra fuente cantarina. Al frente, bosques que explorábamos para bajar con piñones inmensos y musgo barba de palo. A la derecha, la carretera y un pinar lleno de avecillas exóticas. Dicen los vecinos, que con muchos duendes que nunca vi. A la izquierda, más montañas con el misterio de una luz asentada en el Páramo de los Conejos que resplandecía como un espejo hasta media mañana y que los geógrafos no han podido encontrar su origen. 



Toda esa belleza geográfica, la disfruté también con mi hijo MANUEL, mi eterno acompañante, un ser especial con sobrados dones espirituales y creativos. En ese tiempo, hacía su pasantía de Licenciado en Educación Integral y la profesora IRENE, donde la realizaba, específicamente; en la escuela Estadal TERESA DE LA PARRA, como parasicóloga, nos dijo que iba a tener unas visiones agradables. Nos miramos estupefactos y se olvidó la cuestión.

          Llegó la navidad del 2.007. La decoración de la casa quedó espectacular. Llegaron también mis otros dos hijos con sus proles y esposas. Y el 24 en pleno regocijo y entusiasmo, ese que te impregna del amor y unión familiar, mi hijo Manuel, empezó a tomar fotos. Cuando se centró en diferentes perfiles del arbolito, le vi un gesto de asombro. Retrocedió como asustado, volvió a enfocar la cámara y repitió la misma actitud. ¡No podía hablar ni accionar la misma! Cuando lo intenta por tercera vez, todo se había esfumado. Vio un hermoso ángel, una niña con cabello rubio, facciones finas, una túnica color vinotinto de terciopelo, cuello blanco con encaje, con las manos hacia atrás, sonriente, contemplaba anonadada el arbolito. Para el fue un momento de éxtasis y contemplación y su descripción quedó grabada en nuestras mentes como si nosotros también lo hubiésemos visto.

Esa navidad fue una de las más gratificantes por el verdadero significado de estas festividades, la profunda convicción de que ese Dios que nace el 24 es verdadero, por la intensificación de nuestra fe y la creencia en los ‘ángeles, que si existen. Ahora vivo tranquila, porque se que tengo dos: el secreto, con el que converso diariamente; y mi hijo Manuel que vive pendiente hasta del ruido de mi respiración, Se que mientras escribo esta narración, algunos ángeles estarán viéndome y sonriéndose y con ellos, quiero desearles a todos los lectores; una ¡FELIZ NAVIDAD!
 
 
 
 
 
 
 
Trina Leé de Hidalgo


10 comentarios:

Ana Noreiko dijo...

Trina, no puedes imaginar lo mucho que me encantó tu relato navideño. Tan personal, tan humano, tan tierno. La descripción del paisaje que rodea la casa, la gratitud y admiración para Roberto y la aparición del ángel frente al árbol ponen el toque de gracia que la Navidad se especializa en darnos.
Que tengas una Navidad angelical con tus seres queridos.

Somet dijo...

Definitivamente es un relato muy cercano al corazón, cercano con la familia. Feliz Navidad, y que puedas encontrar a esa entidad de nuevo.

Faustino Cuadrado dijo...

Para los de este lado del océano, es fantástico vivir de cerca la majestuosidad del paisaje, de las personas y de los duendes y otras maravillas de los que te hayas rodeada. Muchas felicidades y que disfrutes de todos esos alicientes que te endulzan la vida.

Manuel dijo...

DÍGOLO COMO LO SIENTO

Este relato cercano
que está saltando a la vista,
es de corte muy realista
con el entorno muy llano.
Es de los que están a mano
en cualquier hora y momento;
y no precisa del viento
para el vuelo levantar,
nació sabiendo volar
controlando el movimiento...
********
****
Manuel MEJÍA SÁNCHEZ-CAMBRONERO

Unknown dijo...

Tus relatos vivos y la alegría de experiencias a lado de tu maravillosa familia exalta el valor de la Navidad mi querida Maestra.
Que de cosas bellas nos dices siempre.

Anónimo dijo...

Gracias amiga linda, eres muy gentil al expresar tan grato comentario. Contigo en la distancia.

TRINA

Anónimo dijo...

Si amigo, una experiencia maravillosa e inolvidable. Ojalà se repitiese.. Abrazos fraternos.

TRINA

Anónimo dijo...

Gracias amigo, hermosa respuesta, un placer que me hayas visitado, cariños desde mi querida Venezuela.

TRINA

Anónimo dijo...

Amigo què alegrìa que me contestes con un hermoso verso, me encanta que mi cuento te haya inspirado. Abrazos en la distancia.
TRINA

Anónimo dijo...

Gracias amigo Hugo, eres un amor con tus respuestas cotidianas y constantes. Abrazos desde mi querida Venezuela.

TRINA

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