Decía
Miguel Delibes en una entrevista que leí hace años, que si alguien quería
conocerle tendría que leer su obra. Los que de una u otra forma tenemos algún
vínculo con la escritura sabemos que eso es verdad. Sabemos que la capacidad de
expresión de la palabra escrita supera cualquier otra forma de comunicación.
Cabe incluso la posibilidad de que el autor utilice la escritura para hacernos
ver una parte de sí que no puede mostrar de otra manera. Escorts, una semana en París,
es por encima de todo una novela emocional en la que la autora desnuda su alma
para poner frente a nuestros ojos el drama de las urgencias humanas, de las
necesidades que conducen nuestros actos y del derrumbe de las barreras tras las
cuales ocultamos nuestra verdadera personalidad. Giselle es una mujer sensible,
igual que el inalcanzable Musa o Eva, la autora de este libro. Veo a la
protagonista de la novela y me parece ver a su creadora viviendo las mismas
experiencias y actuando de la misma forma.
Los
personajes, por mucho que se esfuerce el autor de un libro en hacer lo
contrario, son herederos directos de la personalidad de quien los perfila y los
pone a jugar en el imaginario tablero del papel impreso. Si además, al cóctel
emocional y melodramático se le añaden unas gotas de erotismo, la cosa funciona
aún mejor. Definitivamente, quien quiera conocer a Eva Mª Maisanava Trobo, que
lea Escorts, una semana en París.
Jesús San Gil
Tan interesante como brillante resulta ser el angulo visual en que te ubicas para realizar tu foto-descripcion de la novela y para incitar a su lectura. Felicidades Jesus San Gil y por supuesto felicidades a ti tambien Eva por tu interesante creacion
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