Mis ojos ahora no distinguen
tan bien como distinguían,
ni mis oídos ahora captan
pláticas ni melodías.
Ahora resuenan en mi interior
Ahora resuenan en mi interior
con energía y enorme claridad
esos gritos... apagados,
de niños que al no poder disponer
de alimentos, vacunas y medicinas,
agonizan abandonados.
Igual de fuertes resuenan los gritos
Igual de fuertes resuenan los gritos
de los pueblos por el hambre
masacrados,
con esas guerras sin fin
van huyendo de la muerte,
de la escasez de lluvias y pérdida
de
sus ganados, que allá donde viven
se encuentran desarraigados.
Y los miles de ancianos que después
Y los miles de ancianos que después
de larga y sufrida vida de trabajo
llena de privaciones ahora se ven
relegados y les invade la tristeza
al sentirse
abandonados,
y ante su grave enfermedad hartos
de tanta
injusticia agonizan de soledad.
Ahora ha cambiado la vida con la crisis,
Ahora ha cambiado la vida con la crisis,
los parados no pueden subsistir,
personas que perdiendo sus hogares
son arrojadas a la calle
y muchos de nuestros hijos han
regresado
al hogar, donde los padres son de
nuevo
la piedra angular.
Son tan generosos que además de compartir
Son tan generosos que además de compartir
sus pensiones,
pan y ahorros noche y día sin
cesar,
piden al Dios de los Cielos que
nos
vuelva a años atrás.
Mariano Padilla Bayonas.
Una dolorosa denuncia, pero llena de fuerza. Felicitaciones.
ResponderEliminarGracias, Mi pensdamiento es que la mayoría de las poesías deberían estar basadas en la ficción; muy pocas (casi ninguna) en la realidad y ninguna en lo que se denuncia en esta
EliminarLa verdad es que la crisis del 2008 (de la cual España y el mundo sufre sus secuelas todavía) no va a mejorar por el tiempo por venir. Añorar el pasado no nos sacará de esto, y la humanidad debe proseguir, sea que haya igualdad social o no. Muchos caerán antes de que termine esta crisis, esperemos que no demasiados. Es una buena denuncia, pero las palabras a veces no logran extenderse al dolor de la realidad que nos rodea. Gracias por tus palabras, Mariano.
ResponderEliminarGracias Carlos por tu comentario, pero el contenido del poema daría tema para un diálogo largo y tendido.
EliminarUn saludo
Que ironía. A los que siempre se les pidió, ahora se les vuelva a pedir, y si protestan, se les quita con mayor saña. Algún día tendremos que rendir cuentas por nuestros actos. Socialmente intachable. Buen trabajo
ResponderEliminarEs una denuncia a lo que está sucediendo y una de las cosas es que los hijos obligatoriamente tienen que recurrir a los padres que son los únicos que no les van a negar la ayuda, los que se sacrificaron, se sacrifican y seguirán sacrificando por ellos que mas tarde reciben como pago el abandono. Es cierto, algún día se rendirán cuentas.
ResponderEliminarGracias Faustino por tu comentario.
El pago por la ayuda recibida...se ve en la imagen
EliminarCríticas como esta nos abren los ojos ante cosas que, o presenciamos todos los días, o ni divisamos. Todo lo que queda después es silencio... pero gracias a poetas como tú, Mariano Padilla, lo recordamos, y lo pensamos, y nos preguntamos... ¿y qué hacer ante toda esta desgracia e injustícia? y de ti aprendemos que, como poco, denunciarlo.
ResponderEliminarUn abrazo,
María José Cabuchola Macario
Gracias por tu comentario María José, Un saludo
ResponderEliminarHay que hacer cambios radicales en los gobiernos, y en nuestras conciencias para que podamos avanzar como humanidad de lo contrario estamos destinados la exinción, buena poema reflexivo. Saludos
ResponderEliminarGracias Juan por haberme leído; yo creo que lo que tendría que cambiar sobre todo es la conciencia de la gente, ya que sin conciencia nada funciona... no funcionan los gobiernos...no funciona la familia... no funciona la pareja... no funciona nada. Pero eso es lo que hay, hay de todo menos conciencia.
ResponderEliminarUn saludo