¿Cómo sucedió?
¿Fue al Alba?
Una chirla en la mejilla, solo
se tocó la herida, y sintió en
la punta de los dedos la roja
sangre teñida.
Picazón que eran miles de
alfileres, que tenía en la garganta.
No se oían sus lamentos.
No lloraba el desconsuelo.
El agua sucia pausada y quieta no
¿Cómo sucedió?
Nadie explica, nadie dice.
Todos callan , sola está en la
madrugada.
En una esquina sentada.
¡¡Dejadme sola!!
¡¡No me ayuden!!
No pretendan levantarme.
Quiero a solas mis penas conmigo,
con ellas siempre... siempre con ellas
he estado.
Y terminar en las aceras dándole
el brillo de plata.
Y por fin lanzó un grito..
EL MUNDO NO TIENE AGALLAS.
Sola estoy, sola he estado, y
aquí moriré sentada.
Allí la mujer tendida, y la
gente indiferente, pasaba,
Arnoldo Rodríguez
Cabrera
Un poema cargado de fuera y amargura, me ha gustado. Un abrazo.
ResponderEliminarEs un poema fuerte, reflejo de la soledad que viven muchas personas en este mundo. Gracias Arnoldo por tus palabras.
ResponderEliminarEs dolorosa la indiferencia y el olvido. La solidaridad y la preocupación brillan por su ausencia. Lástima. Un buen trabajo, felicidades
ResponderEliminarBueno, bueno, bueno...
ResponderEliminar¡Soberbio! me ha gustado muchísimo. Mis felicitaciones, la soledad, como vemos, a veces se elige ante tanta hostilidad, se elige, y otras, siempre se ha tenido...
Un abrazo,
María José Cabuchola Macario
Un buen poema, que llega a las profundidad del ser hace recordar miles de imágenes similares, y ¿qué hacemos? Saludos.
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