—¿De qué te quejas?
La tristeza, contestó:
—No me quejo, solamente suspiro. Alargó la mirada hacia el horizonte infinito y observó sutilezas. —Continuó— Siento que estoy impregnada del aliento de cada ser humano, que surjo por diversas causas y no puedo asomarme sin lastimar porque traigo inquietud, dolor, aunque no sea permanente. Soy como esos huracanes que pasan intempestivamente, pero dejo secuelas, porque me voy filtrando lentamente y desgarro hasta el alma.
Preguntó la brisa:
—Y entonces, ¿por qué surges?
—Porque aún siendo
indeseable, acompaño el sentimentalismo.
—Y qué es el
sentimentalismo, preguntó la brisa.
—Esa faceta que
experimenta el que vive y se convierte en odio, indiferencia, resignación,
amargura, sufrimiento, ansiedad, angustia, incomprensión, desprecio, vacío,
ausencia, castigo que se pretende dar pero también se recibe.
—Oye, vale, ¿y el hombre
es así de complejo?
—Si, porque siempre pretende imponer su autoridad, ser prepotente, machista, y en esa actitud deja huellas que enzarzan el camino.
La brisa se rascó la cabeza ante tanta complejidad y dio gracias a Dios, por sólo pertenecer a la naturaleza y acariciar los rostros; pero no penetrarlos.
—Si, porque siempre pretende imponer su autoridad, ser prepotente, machista, y en esa actitud deja huellas que enzarzan el camino.
La brisa se rascó la cabeza ante tanta complejidad y dio gracias a Dios, por sólo pertenecer a la naturaleza y acariciar los rostros; pero no penetrarlos.
TRINA
LEÉ DE HIDALGO 19-8-12
La brisa sólo pasa por la superficie humana, y así vive más tranquila. Pero, aunque a veces resulte doloroso, es fascinante penetrar y comprender la compleja naturaleza de las personas, ¿no?
ResponderEliminarSi amiga, cada cabeza es un mundo, en su interioridad, surge un laberinto de ideas buenas o malsanas, que no podemos descifrar por mucha intuiciòn que tengamos y que da fe al adagio que reza: OJOS NOS VEMOS PERO CORAZONES NO. Gracias por participar.
EliminarTRINA LEÈ DE HIDALGO
Coincido con Yoly, la brisa no sufre, pero no está viva, la tristeza es parte de la vida. Quien desea tener una vida aséptica y renuncia a las pasiones, renuncia a vivir, para bien y para mal.
ResponderEliminarTrina, me hizo mucho acordar a las Fabulas Griegas que leía cuando niño...
ResponderEliminarAmigo Gontxu, gracias por tu comentario, eres muy gentil.
EliminarTRINA LEÈ DE HIDALGO
Trina, me hizo acordar a las Fabulas Griegas que leía cuando niño y que me fascinaban...Esa animación de los sentimientos y las cosas...
ResponderEliminarLos sentimientos muchas veces son más poderosas que las incidencias naturales. Porque esto deseata lo mejor y lo peor de nosotros. Gracias Trina, por compartir tus palabras.
ResponderEliminarMe pregunto... cómo no puede sentir nada de esto la brisa, si forma parte del aire que se mezcla con los suspiros de la tristeza...
ResponderEliminarUn abrazo, me ha hecho reflexionar,
María José Cabuchola Macario
MARÌA JOSÈ, muy lindo comentario, gracias por existir.
EliminarTRINA LEÈ DE HIDALGO
Muy bueno en el contexto de el relato reflexivo estoy de acuerdo, pero a veces las brisas se convierten en tormentas...Saludos!
ResponderEliminarLa brisa, como los sentimientos de tristeza, es bastante pasajera. Pero mientras que la brisa es superficial, la tristeza es profunda, deja marcas en al piel... la brisa solo eriza nuestros poros, y es más agradable. Gracias .
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