Mary Ann Rose
siempre había querido ser monja pero fue inútil. Era tan bella que ningún
pretendiente se lo consintió. Y así poco a poco tuvo que abandonar en su empeño
por ser esposa de Dios tal y como quería. Le quedó, eso sí, una devoción que
hacía que todos los fines de semana fuera a misa y rezara. Pasaron años y
pasaron los pretendientes y su belleza fue decayendo. Ella fue hermosa mientras
fue deseada pero se daba cuenta amargamente de cómo por vanidad terrenal había
renunciado a su vocación.
Tenía sueños premonitorios y en uno de
ellos descubrió que se casaría muy enamorada. Y el doncel se presentó al cabo
de una temporada y le hizo tilín a Mary Ann pero era más joven que ella y el
tiempo había mermado su esplendente belleza.
Con el tiempo lo
que comenzó como amistad se fue afianzando pero de boda el chico no quería ni
hablar.
-
Estamos bien como estamos- le decía- para qué
estropearlo firmando papeles.
Pero Mary Ann quería boda y por todo
lo alto a ser posible en la catedral y en un coche tirado por caballos blancos.
Tanto insistió que el buen mozo se rindió y consintió. Mary Ann se casó cómo
deseaba y fue el día más feliz de su vida. Pasó un tiempo y esperó ser madre
pero cual fue su decepción al descubrir que ella no podía tener hijos. A su
marido no le importó pero a ella sí, él le decía que no se podía tener todo en
la vida, pero ella se sintió estafada por la naturaleza y decidió separarse aún
amando profundamente a su marido. El como era de esperar lo aceptó y rehizo su
vida con una chica más joven. Pero Mary Ann se quedó sola, y entonces vio que
nada la retenía para seguir su antigua vocación. Y dicho y hecho se fue
misionera a Sudamérica a ayudar a los más pobres y necesitados y a estar con
niños desvalidos. Murió en olor de santidad y la iglesia la hizo beata siendo
una segunda Madre Teresa de Calcuta.
Escrito por:
Amparo Iborra
así es la vida, el destino da muchas vueltas. bonito relato.
ResponderEliminarEse era su destino en la vida... muy buen relato, me ha encantado.ENHORABUENA Amparo.
ResponderEliminarUn precioso relato de lo contradictoria que es la vida. Enhorabuena, Amparo
ResponderEliminarBueno, esto nos demuestra que tarde o temprano, nuestros sueños se terminan cumplienod, aunque tengamos que pasar muchos años de vicisitudes para llegar a ellos, no?
ResponderEliminarLa vida a veces ofrece respustas que no esperamos y nos envía a un punto de origen que no entendemos. Pero todo es un círculo y terminamos volviendo sobre nosotros mismos. Gracias Amparo.
ResponderEliminarSe sabe cómo uno empieza, pero nunca cómo se va a terminar. No hay que perder la esperanza...
ResponderEliminarmuy buen relato, lo me queda así como intriga, lo dejo aunque aun lo amaba profundamente! ... me gusto saludos!
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