III
Querido amigo, otra vez estoy aquí
contigo, no hay dos sin tres, eso dicen, pero yo quiero que halla muchas más,
te escribo estas letras, que ya sabes, salen del corazón, miro por mi ventana y
te imagino en la distancia, espacio y tiempo todo en uno, no tengo prisa por
conocerte, aún no, quizás no esté preparada, desde mi alma sé que algún día te
cruzaras conmigo y sabré quien eres, posiblemente solo una mirada, solo un roce
y conectados quedaremos, tú sabrás que soy yo, tu amada, y yo sabré quien eres
tú, amor deseado, entonces te mostrare todas estas cartas.
Cuando unos ojos me miran y se queda la
mirada en mí, clavada, me pregunto ¿será él? Que me dicen esos ojos que la boca
calla, ni palabras en mis oídos hayan, persigo esa mirada hasta descubrir si
era a mi a quien miraban, luego todo se convierte en humo que el viento aparta.
Aquí, amigo querido, absorta sin
palabras, a solas a vueltas con los pensamientos que me rondan alrededor como
torbellinos encima de una hoguera, el espacio solo lo ocupa los pensamientos y
el silencio, compañero de la noche, roto por mis sueños, sueños volátiles que
dejaremos volar sin espera, fantasma que duermen a mi vera, ahora los rayos de
luna entran por mi ventana, acarician mi rostro y me peinan, la brisa fresca de
la noche me envuelve en un abrazo suave y etéreo, con este pensamiento me
duermo.
Que nos podemos contar tú y yo, si aún
no nos conocemos, no puedo hablarte del pasado, tú no estabas en él, no puedo
hablarte del presente, pues no hay un mañana, y el ¿futuro? ¿Qué es el futuro?
Incertidumbre que se abre como un abismo oscuro y negro, ¿habrá futuro para
nosotros juntos? ¿Por qué no? Lo sueño, lo espero, y mientras espero madejas
hilvano de versos, pinto de colores el viento y siembro mañanas para que
siempre pueda haber para nosotros un mañana.
Desde aquí te prometo, aunque nuestro
futuro incierto, aunque no acudamos nunca al encuentro, hoy te prometo que
nuestras almas seguirían unidas más allá en la eternidad.
Le pediré a las musas que lleven esta
carta hasta tu ventana, esta que siempre lo es, tu amada Vera.
Contestación del amigo:
Me dices que no nos conocemos y yo
pienso que no es así. Hay una corriente invisible que une a las personas en
puntos comunes: el interés en cosas determinadas, la belleza, por ejemplo. Tu
carta es anuncio y predestinación, y está adornada del efluvio maravilloso que
se expande de esa misma atracción de que te hablo aquí. Es verdad que sólo es
real el presente, porque el pasado que guardamos en la memoria (ese resquicio
que lucha contra la ceguera del olvido) es diferente a cada evocación. Cuando
traemos lo vivido por obra de la memoria es otra la experiencia rememorada. Y
del futuro nada podemos decir, salvo que es el impulso inconsciente que nos
hace vivir cada día, sin saber por qué. Esta carta que leo en una terraza
frente a la montaña aneblada es un motivo de futuro. Cuando habla una voz como
la tuya, el silencio se impone.
Un beso con música de lejanía. A
Un beso con música de lejanía. A
Escrito por:
Manuela Carrión
tema epistolar con mucho sentimiento ¡es una pena que se esté perdiendo la epístola entre los escritores! ¡enhorabuena!
ResponderEliminarGracias, hoy en día es una heroicidad atreverse con el genero epístolar, pero deseaba hacer algo que siempre me gusttó, como escribir cartas y no e-mail, de esa idea surgierón estas cartas por la cuales, poco a poco, si iran conociendo a los protagonistas y personajes que aperecerán capítulo a capítulo. Gracias por tus palabras Nuria.
EliminarUN GRAN TEMA IMPREGNAO DE SENTIMIENTO.
ResponderEliminarMuchas gracias Juan por tu comentario, un saludo.
EliminarUna carta maravillosa, con una prosa hermosa y el monólogo íntimo, sobre lo que se piensa, siente, intuye, desea, envuelta en el tiempo y el desarrollo de la imaginación. Felicitaciones.
ResponderEliminarTRINA
Muchas gracias por tu reconocimiento Trina, palabras como las tuyas me ayudan a continuar, un saludo.
EliminarManuela el amor virtual, también tiene cabida. ¡Cuántas veces amamos sin poder ver a nuestr@ amad@, sin conocerles, pero con la misma pasión que si les tuviésemos delante. Esos amores son igual de apasionados...
ResponderEliminarGracias Faustino por tu aportación, realmente la protagonista no conoce a su interlocutor, aunque no son e-mail ni están en una red social de internet, es la forma de comunicarse a través de cartas, no muy propio actualmente, pero ya sabrás más adelante el por qué.Un saludo.
Eliminarme gusto mucho... Manuela... bs
ResponderEliminarManuel Barranco Roda
La temática epistolar siempre es muy interesante, más cuando versan cosas tan surrealistas como los sentimientos y las relaciones en lugar de hechos concretos. Muy bueno Manuela.
ResponderEliminarjejej me haces recordar los cientos de cartas he escribí... y así como en ésta, la de sensaciones y sentimientos que se vuelcan ellas ! me gustado mucho! saludos!
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