Ayúdame
A calmar este dolor,
A romper este silencio;
Ayúdame a gritar.
Porque él se ha ido
Sin decirme nada,
Sin dejarme nada
A que me pueda aferrar.
Ayúdame,
Porque siento que me
estoy muriendo,
Segundo a segundo
Sin poderlo evitar.
Ayúdame
O déjame morir,
Que es la única salida
Que puedo encontrar.
Ayúdame
A gritar,
Ayúdame a vivir,
Pero ayúdame,
No me dejes así,
Porque sin él no soy
nada
Ayúdame ¡por Dios! No me
dejes así…
Luz Begoña Delgado Santano
Sorguineak
Un grito lamentable para una mujer que ha perdido lo más importante de su vida. Muchas veces lo que no se dice hiere más que lo que se puede decir al respecto. Me ha llegado el grito de dolor, gracias Luz por compartir.
ResponderEliminarYo te ayudaré, querida amiga: solo has de decirlo.
ResponderEliminarUn poema muy sencillo y claro. Cuando el dolor nos traspasa de esa manera, no podemos oscurecer el lenguaje, sino clarificar y ser firmes en nuestro mensaje. Un abrazo,
María José Cabuchola Macario
Cuantas veces nos acercamos a ese precipicio donde esperamos una luz que ilumine aunque sea mínimo para aferrarnos, muy sentido saludos!
ResponderEliminar