(A mi querida amiga María Angélica)
por Faustino Cuadrado
Un pasado y lejano día alguien me dijo en privada confianza que la auténtica valía de las personas y su verdadero e innegable carácter serán mostrados al mundo y con total espontaneidad, cuando más difíciles sean las circunstancias que exijan y motiven su puesta en escena.
Pocas veces en nuestra escueta existencia tenemos la inmensa suerte y la posibilidad de participar y disfrutar de la vida de aquellos que enseñan y muestran tantas cosas bellas y reparadoras, como uno jamás imaginó que podrían darse.
Seres que te dan a probar y disfrutar con su especial contacto, esos sabores y sentimientos únicos e inolvidables que llevan impresos en su alma y que jamás se nos hubiera ocurrido pensar en la realidad de su existencia, de no haber irrumpido con tal fuerza en nuestras vidas. Lo desconoceríamos todo si no hubiéramos podido hablar y compartir con ellos sus sencillos sueños y sus grandes esperanzas.
Pues yo conozco a alguien de esta madera y debo decir que existen de verdad espíritus así, doy fe de ello. Yo tengo la fortuna y el sentido placer de poder participar ahora en esta etapa presente de su vida y desde luego, convenir por completo en el hecho de que ella forma parte principal de la mía.
Que me enamora su fortaleza y su espíritu, su alma indómita y apasionada, sus ojos claros y límpidos y su sincera mirada, aquella que traspasa la frontera de la fotografía y penetra en tu corazón dotándole de paz y armonía.
Tengo la íntima satisfacción de saberme querido y respetado por ella, de percibir en mi interior su cálida y acogedora cercanía en cada momento en el que nos comunicamos y su fortaleza y su carácter indómito a cada minuto que paso sin tener noticias de ella.
Ese ser magnífico y único se halla inmerso en una lucha incansable por su vida, en una batalla física y emocional en la que intenta vencer las graves y terribles circunstancias que tiene en contra y lo hace con la frente despejada y la mirada orgullosa al frente, con una perenne sonrisa dibujada en los labios.
Es una criatura bella y maravillosa, es un alma libre e independiente que vela por sus amigos y disfruta con cada día de amor que le regala la vida, como si éste pudiese llegar a agotarse en algún momento. No, María Angélica, nunca lo hará, siempre tendrá suficiente para ti.
Ella regala de continuo fascinantes sonrisas y cariñosas palabras de apoyo a quienes le rodean, cuando debiera ser ella la única receptora de la atención de las mismas.
Esa linda mujer que un día surgió de entre las brumas de mi vida, levantando la mano y saludando mi compañía, celebrando y agradeciendo como nadie lo hizo nunca mis palabras de apoyo y cariño y convenciéndome de que éstas resultaban ser mágicas para ella y que le hacían mucho bien, que le prestaban la compañía suficiente que ella siempre deseó y necesitó de quién le rodeaba en cada momento.
Ese ser maravilloso que me regala mariposas que surcan prestas el océano en mi busca para agradecérmelo todo, para firmar con su llegada el acuerdo de una cena futura en la que disfrutar ambos de su victoria, del éxito final de su cruzada. Una cena en la que al mirarnos fijamente a los ojos, yo podré ver ya reflejado en ellos su esquiva felicidad y la firme esperanza de que le devolverá su brillo y yo seré testigo de ello.
Daré siempre gracias al destino que la puso en mi camino y nunca me cansaré de hacerlo porque ella me ha hecho y me hará siempre mejor ser humano, mucho más sentido y apasionado por la vida.
Esperaré siempre con ilusión su recuperación total, su futura visita, sus gratas palabras y sus maravillosos gestos que aún no conozco, todo cuando haya vencido sus duras batallas y reconquistado el reino que persigue desde hace mucho tiempo.
Su mirada de un azul sobresaliente será un alivio para mi espíritu cuando se pose en mi y el paseo por las calles de mi ciudad, sin prisa y agarrados de la mano bajo la radiante luz de la luna llena, será ese supremo placer fruto de una promesa cumplida y de un sueño realizado.
Te espero impaciente, no tardes mucho. Sana y cierra pronto tus heridas y sal al mundo de nuevo, pues hay quienes lo deseamos de todo corazón y ardemos de impaciencia por ello.
Piensa que al fin y al cabo, nos haces falta, mucha falta.
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SUBLIME TRABAJO QUE SOLAMENTE UN ESCRITOR MARAVILLOSO PUEDE LOGRARLO. LA HISTORIA ES MUY REAL, CON MATICES QUE HABLAN DE LA FUERZA PARA SOBREVIVIR, PERO DENTRO DE LA TRISTEZA LA PROTAGONISTA TUVO LA SUERTE DE ENCONTRAR ALMAS GENEROSAS COMO LA DEL ESCRITOR , QUE CON EL INMENSO DON DE SU VALIOSA PALABRA, BRINDÓ MENSAJES SANADORES Y ABRIÓ UN PUENTE PARA QUE LA DAMA DE LOS INFORTUNIOS PUDIERA CAMINAR RUMBO HACIA UN HORIZONTE, DONDE ENCONTRARÁ LA PAZ , LA FELICIDAD U A ESE SER QUE TAMBIÉN A ELLA LE HACE FALTA, MUCHA FALTA.
ResponderEliminarMe querido anónimo. Gracias por tu comentario, pero aquí el salvado realmente es el contador de historias y no la protagonista, porque ella tiene la suficiente fuerza para salir adelante, a él, ella le hacia falta, mucha.
EliminarEnhorabuena Tino, palabras maravillosas dedicadas a un gran amor en tu vida..., te felicito, el sentirse necesitado y a la vez necesitar a la persona que se ama, es el estado más perfecto en la que se puede encontrar el ser humano...De nuevo te felicito, por tu buen gusto...Saludos!!!
ResponderEliminarEs cierto Angustias, es muy bello el amor entre el narrador del hecho y el objeto de su narración. Es una necesidad mutua, es manejar un sentimiento compartido que transciende por encima del texto, por fuera del papel. Gracias Angustias, sé que tú saber sentir todo por encima de la media. Un beso
ResponderEliminarEncuentro muy oportunas tus palabras, amigo. A veces parece que no somos capaces de valorar lo que tenemos hasta que lo perdemos, por eso es de elogiar que sí seas capaz de reconocerlo y decirlo bien alto, en estas atronadoras palabras que desbordan la pantalla. Bravo.
ResponderEliminarAsí es Juan y lo peor de todo, es que a veces parece que uno se avergüenza de algo así, de vivir un acto en la vida con esta importancia. Gracias por entenderlo y por apoyar mi iniciativa. Muchas gracias Juan.
EliminarSiempre es bueno recordar que somos seres sociales. Un relato de una musa, la cual inspira y compone para quien narra la obra nos deja una reflexión sobre la delicadeza del amor. Gracias Faustino por el relato.
ResponderEliminarGracias Carlos, la musa es cierta. Un abrazo
ResponderEliminarDibujas en tus palabras el virtuoso encanto de una mujer de bella.... dulce y valiosa alma; y el gran aprecio y admiracion que sin lugar a dudas sentiste y sientes por ella.
ResponderEliminarUn saludo
Así es Hollman, respeto, admiración y amor absoluto. Es una ocasión magnífica para plasmar un sentimiento. Gracias por tu comentario
EliminarQué orgullosa se debe sentir Maria Angelica de estas palabras que le has escrito y que nos dan un retrato muy sentido de esta bella mujer.
ResponderEliminarGracias Gontxu, eso devbería contestarlo ella, pero sí que me siento orgulloso de tener que ver en su vida, y ella en la mía. Un abrazo
EliminarEs curioso que menciones eso de poder compartir una etapa de tu vida con una persona, dado que yo también lo he pensado más de una vez... Cómo hay personas que llenan nuestras vidas con su luz y nos dan el placer de compartir la belleza de sus sueños, pensamientos e ideas con nosotros y cómo pueden oscurecernos si se marchan o se encierran en sí mismas... Una carta muy sentida y verdadera, compañero.
ResponderEliminarUn abrazo,
María José Cabuchola Macario
Muchas gracias María José, esas personas son como alguien me dijo alguna vez "personas de luz" y le hacen a uno más grata la vida. Un abrazo y gracais de nuevo
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