miércoles, 13 de febrero de 2013

¡A mi soledad, a la elegida!


A mi fiel compañera, mi consorte, a la soledad, a la que un día fue por mí la preferida, y hoy por mí la traicionada.
          A ti, que estas sufriendo, lo sé, lo siento. Yo te había elegido entre todas, serías mi acompañante, y yo tu fiel amante, tú para mí y yo para ti, ¡sí, has compartido tantas noches conmigo!, ¡pobre confidente, mi fiel aliada! , y hoy sin querer te he traicionado.
Puede que tan solo fueras ese tronco de madera al que me aferré, con todas mis fuerzas, para no zozobrar. Ya había dejado de tener esperanzas, y ¡quizás eso fue lo que me llevó hasta a ti!  No lo sé, trato de justificarme, de encontrar una razón suficiente para aplacar tu furia, tu desengaño, porque sabes que ya no ocuparas el lugar que ostentabas, tendrás que buscar de nuevo, un compañero, emigrar a otras almas que ¡quizás te busquen!, pernoctar en otros cuerpos, ¡lo siento!, ¡cuando ya te habías acostumbrado a ser mi fiel amante, mi consorte, mi preferida, mi compañera!
          Hoy te han robado tu sitio, hay otra en tú lugar, te han desplazado, y ¡qué culpa tengo yo de quedarme atrapado en su mirada!, yo no quise, te había elegido a ti, mi soledad, mi consorte, mi fiel compañera, ¡Dios, pero esa mirada! Y te revuelves y desde mi interior me gritas, recordándome.
          -¡No estaba sola, estaba acompañada!-, lo sé, esperaré, ya no hay otra, me quedé atrapado en su mirada.
          -¡Me vengaré!-, ya lo has conseguido, sufriré, me quedé atrapado en su mirada.

Escrito por:
Maria de las Angustias de las Cuevas Ramirez

12 comentarios:

Nuria dijo...

¡Enhorabuena! Precioso relato, no estamos acostumbrado a hablarle a la soledad. muy bonito
NURYA Ruiz

Angustias de las Cuevas dijo...

Gracias Nuria, me satisface que te haya gustado. Un saludo

Manuela Carrión dijo...

La Soledad, fiel compañera, la que nunca nos deja y se va por algún momento, tenemos la seguridad de que siempre vuelve....

Gontxu Morán De Mario dijo...

Es cierto, la Soledad es la más fiel de las compañeras, siempre esta ahí cuando la necesitas...

Faustino Cuadrado dijo...

El amor también se puede encontrar en soledad. También puede aportarte mucho en determinados momentos de la vida. Muy bien escrito y muy atrayente al ser leído. Enhorabuena Manuela.

Angustias de las Cuevas dijo...

Gracias Faustino Cuadrado Valero, pero a quién le das la "Enhorabuena", ¿a Manuela o a mí (Angustias)?, jajaja!!!!

Angustias de las Cuevas dijo...

Sí, la soledad es la fiel compañera, que en este caso es la ultrajada. Gracias Manuela por leerlo. Un saludo

Angustias de las Cuevas dijo...

Pero a veces se siente despechada, cuando hay alguien que suplanta su lugar. Gracias Gontxu por tu comentario. Un saludo

Somet dijo...

Lo bueno de la soledad es que es muy solidaria, perdona y regresa a acompañarte en el momento menos esperado. Lol! Muy bonito relato Angustias.

Angustias de las Cuevas dijo...

Gracias Carlos, me satisface que te guste. Un saludo

Juan dijo...

Me encanta esa personificación de la soledad, ese dotarle de sentimientos, hacer que el lector sienta lástima por ella, que la persona que encuentra el amor le deba una disculpa. Magnífico.

Angustias de las Cuevas dijo...

Muchas gracias Juan, tu comentario no puede ser más exacto, de eso se trata, personifiqué a la soledad y la doté de sentimientos, y sufrió, porque ¡esa mirada!, esa fue la que la relegó al vacío. Un saludo

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