martes, 22 de abril de 2014

Una rosa amarilla.





A Pepe Cormenzana


Una rosa pletórica, amarilla,
mi color favorito adivinado,
me regala un amigo, atribulado
por un supuesto agravio… ya olvidado.

En la postrera luz, la última hora
de la tarde de octubre macilenta,
de su jardín la reina,
era la última rosa que otoñaba,
ofreciendo a la mano del verdugo
la orgullosa cabeza coronada.

Me ha contemplado, erguida sobre el tallo,
sumergida en la paz de mi escritorio,
curioseando mis cartas y mis versos,
viéndome componer folio tras folio.

Hoy me sigue mirando, aún obcecada,
cuando pasan los días y doblega,
flojo el tallo, ya el pétalo rizado
de oro viejo, la corola apretada.

Es tan bella la rosa
que hasta en la humillación
de la decrepitud,
aún sigue siendo hermosa.



Luz Macías.


6 comentarios:

Gontxu Morán De Mario dijo...

Luz, hermoso poema sobre una de las flores más bellas de la naturaleza.

Somet dijo...

Un buen poema sobre un hecho natural que nos trastorna, las flores (específicamente la rosa amarilla). Es una lástima que se marchiten. Gracias Luz.

CARMEN ANDÚJAR dijo...

La rosa es una de las flores más bella y como t´´u bien dices, hasta en la decrepitud conserva esa belleza.
Bonito poema
Un saludo

Faustino Cuadrado dijo...

Bonita poesía. Una flor especial, hasta el color es oloroso. Un saludo

Anónimo dijo...

Muy bonito.

Cristian

Juan M Flores dijo...

Hermoso poema, la vida de una rosa, aunque efímera más que nosotros, Saludos.

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