Sinopsis
Los eternos interrogantes (¿De dónde venimos?, ¿quiénes somos?, ¿adónde vamos?) Tienen en este ensayo unas originalísimas y esperanzadoras respuestas. En la primera parte, el autor indaga en las raíces míticas y científicas de la dualidad que nos sumerge en el pantanoso lodo interior del escindido sapiens, cuya superación nos llevará a las puertas de otra especie: el HOMO TRANSCENDENTE (HT), que ha venido a instaurar otro mundo, otra sociedad, otra manera de entender la vida, la política, el amor y la espiritualidad. En nuestro interior y, como reflejo, en nuestro planeta, conviven dos especies, como ocurriera anteriormente con los Neanderthal y Cro-magnon. La era del simio está cediendo el paso a los valores EVA (Espiritualidad, Verdad, Amor). Estamos asistiendo al desplome de la civilización simi-humana, al final de la lucha intestina entre el mono y el hombre, y, al mismo tiempo, al proceso de armonización entre lo telúrico y lo espiritual. Nos encontramos en los prolegómenos de una gran fiesta en la que el HT, superada su antigua servidumbre primate, se reencuentra con un concepto festivo, fraternal y sentimental de la vida, legitimado por su origen sagrado.
Los eternos interrogantes (¿De dónde venimos?, ¿quiénes somos?, ¿adónde vamos?) Tienen en este ensayo unas originalísimas y esperanzadoras respuestas. En la primera parte, el autor indaga en las raíces míticas y científicas de la dualidad que nos sumerge en el pantanoso lodo interior del escindido sapiens, cuya superación nos llevará a las puertas de otra especie: el HOMO TRANSCENDENTE (HT), que ha venido a instaurar otro mundo, otra sociedad, otra manera de entender la vida, la política, el amor y la espiritualidad. En nuestro interior y, como reflejo, en nuestro planeta, conviven dos especies, como ocurriera anteriormente con los Neanderthal y Cro-magnon. La era del simio está cediendo el paso a los valores EVA (Espiritualidad, Verdad, Amor). Estamos asistiendo al desplome de la civilización simi-humana, al final de la lucha intestina entre el mono y el hombre, y, al mismo tiempo, al proceso de armonización entre lo telúrico y lo espiritual. Nos encontramos en los prolegómenos de una gran fiesta en la que el HT, superada su antigua servidumbre primate, se reencuentra con un concepto festivo, fraternal y sentimental de la vida, legitimado por su origen sagrado.
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