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sábado, 21 de diciembre de 2013

Terapia de Machos. Episodio 7-Damián: “El Hit Del Verano”.


 “Soy un micrófono y soy el símbolo del éxito de los cantantes”

Como poseído por un frenesí, Damián agarró el micrófono y empezó a hablar, casi superponiéndose a las últimas palabras de Fausto. En realidad, el cantante en declive había hecho trampa ya que la consigna del ejercicio era tomar el primer objeto de la bolsa que percibieran con el tacto, pero Damián había revuelto y revuelto dentro hasta reconocer la forma fálica de ese objeto que le era tan familiar. El cantante parecía saltarse todas las consignas y ya desde el principio había tenido roces con sus compañeros de terapia grupal.

“No registra a los otros” anotó Guillermo en su cuaderno “O los registra, pero siempre alrededor de él, como satélites de su yo”.

Damián prosiguió con su presentación.

“Soy poderoso y tengo el poder —como una varita mágica— de convertir a quien lo toma en una persona brillante, amada por la gente, un elegido”.

Damián sintió como ese micrófono y él se pertenecían —y se merecían—el uno al otro. Después de todo, la música había sido su vida y los micrófonos eran como un apéndice más de su cuerpo. Y de repente, mientras iba hablando, Damián Lipnitzky—alguna vez famosamente conocido como Damián Glaij—revivió en su piel el vibrar de la fama, el éxito y los gritos de las fans, que ya le eran tan esquivos…

BIOGRAFIA NO AUTORIZADA DE DAMIAN GLAIJ

1. Niñez y Comienzos Artísticos .Su madre Doris Glaij

Todo había comenzado en aquel marzo de 1992 cuando Dorita Glaijer de Lipnitzky estaba como todos los sábados tirada en el sillón de su living mirando su programa favorito “Sábados Musicales”. Todos en la casa sabían que ese era “el momento” de Dorita donde nadie la podía molestar; una vez a la semana, los sábados a la hora de la siesta, el tiempo mágicamente la transportaba al pasado, a una época casi remota en donde Dorita había sido Doris Glaij y solía cantar canciones en Idish[1] en los Café-Concert citadinos de fines de los años sesenta. Dorita siempre había soñado con ser una estrella—como Barbara Streisand— pero al poco tiempo de dar sus primeros pasos, conoció a Saúl Lipnitzky, un violinista de la orquesta que la acompañaba en sus shows, ambos se involucraron afectivamente y así Doris/Dorita terminó embarazada de Judith —la primogénita— teniendo que dejar su incipiente carrera como cantante para dedicarse a la cotidianeidad de la vida del ama de casa. Dorita y Saúl decidieron de mutuo acuerdo abandonar la música (“solo por un tiempito, hasta que la nena crezca” se habían dicho) con el objeto de formar una familia. Saúl—“heredero” de la sedería de su padre en el Once[i]fue a trabajar con su familia, mientras Doris se encargaba del departamento que los padres de Saúl les habían regalado para el casamiento y de la crianza de Judith, mientras preparaba su reingreso triunfante al mundo de la música. Pero claro, luego de Judith vino Ruth, la segunda y con dos niños el regreso de Dorita a la música se veía cada vez más lejano. Por otra parte, luego de dos mujeres, ambos ansiaban el varón. Pero luego del nacimiento de Ruth, las cosas se complicaron para Dorita. Había perdido un embarazo y su médico le había dicho que ya no iba a poder tener más hijos. Pero cuando ya todo parecía perdido y contra toda probabilidad…nació Damián, quien desde el momento de su nacimiento fue algo así como el “salvador” de la familia. Lo criaron como a un príncipe y siempre era privilegiado por encima de sus hermanas mayores. Damián era un niño encantador y cariñoso aunque algo caprichoso y propenso a las rabietas cuando no se satisfacían sus deseos, una rara especie de ángel mezclado con diablillo.

Pese a su vida como ama de casa y madre de familia, el “duende” de la música seguía imbuyendo a Dorita como un fuego vehemente que la quemaba por dentro y trataba de transmitirlo a sus hijos. Y si ella no iba a triunfar, estaba dispuesta a que alguno de sus hijos sí lo hiciera. Por eso no era nada extraño que Dorita amara “Sábados Musicales” donde famosas estrellas de la canción alternaban con novatos de dudoso talento que ansiaban la fama. Ya había intentado, primero con Ruth, luego con Judith y luego con las dos juntas haciéndolas pasar por mellizas, presentándolas a cuanto karting había, pero con resultados que no dieron los frutos esperados. Dorita muy en el fondo, se decía que sus hijas no tenían “el duende”. Pero con su hijo varón, la cosa seria totalmente diferente. Damián había demostrado ya desde su más tierna infancia, grandes habilidades para el “show-business” como le gustaba llamarlo a Dorita. Por eso el programa de esa tarde, cambiaría la vida de los Lipnitzky—o al menos la de Damián— para siempre.


2. El Auge de Las “Boys Band”[ii] : “Eléctricos”

A través de la pantalla del televisor, Leo Mathensen, el blondo conductor con sonrisa de pasta dentífrica, estaba anunciando que habría un casting abierto para formar una banda pop de varones adolescentes. Para que pudiera dar más detalles, llamó a acercarse a Cucho Polín, uno de los ejecutivos del canal, conocido hombre de la noche y futuro Manager de la banda pop—a quien años más tarde los miembros demandarían por incumplimiento de contrato, trato cruel y maltrato emocional—el cual comentó su idea de su idea era formar un grupo juvenil cuyos miembros se rotaran a medida que crecieran para que el grupo siempre estuviera integrado por adolescentes. Era el auge de las “Boys Band”, bandas integradas por muchachos menores de veinte años que luego del vendaval puertorriqueño de “Menudo” habían surgido como hongos: New Kids On The Block, Backstreet Boys y Take That, entre otras, arrasaban recitales y vendían millones de discos en el mundo entero. Y Cucho Polín, en su ambición, esperaba el mismo nivel de éxito para su banda.

Así fue como Dorita puso manos a la obra y la noche anterior al casting, acamparon junto con Damián en las puertas del teatro donde se hacían las audiciones y lograron el tan ansiado número 1 en fila para las pruebas a la cual se presentaron más de 800 participantes. Damián con su cara angelical, su voz especial y sus movimientos que se tenía aprendidos desde pequeño, pasó el primero, el segundo y el tercer casting quedando como miembro integrante del grupo ELECTRICOS.

El quinteto ganador estaba formado, además de Damián —quien había decidido usar como nombre artístico el apellido de su madre “Glaij”— por Pablo, un rubio pelilargo que tocaba el bajo como un rockero inglés; Willy, un brasilero de raza negra que le daba el toque étnico al grupo; Lucho, un peón de albañil que solía cantar en el metro y Xavier, el mayor y más experimentado, venido del mundo de las comedias musicales.

Siendo los dos con más experiencia de los cinco (y con sus egos bastante más grandes que el resto) era de esperar que Xavier y Damián compitieran por el liderazgo de la banda, sobre todo siendo los dos vocalistas principales, los dos carilindos (aunque Damián con un look más aniñado y Xavier con un look más viril y agresivo), aclamados por las fans y vivían compitiendo, lo cual traía no pocos roces en el grupo.

Pese a su talento natural, y si bien la mayoría del tiempo se mostraba encantador, a Damián siempre le llamaban la atención por su falta de concentración y disciplina. Solía llegar tarde a los ensayos sin siquiera disculparse; no lograba aprenderse las letras de las canciones de memoria e incluso improvisaba en el medio de los temas con algún alto, como si su maravillosa voz y su linda cara de niño bonito lo habilitaran para salir airoso de cualquier cosa. Sus compañeros de grupo lo habían apodado “El Principito” y no precisamente por sus bucles dorados. Tampoco ayudaba mucho que Doris estuviera en todos los ensayos y decisiones, como si fuera ella la manager de la banda y más de una vez se habían enredado con Cucho en peleas y discusiones. Era evidente que si Damián se creía un príncipe, era porque su madre se lo había hecho creer.

El primer álbum del grupo, "Amores Adolescentes", se convirtió en todo un éxito, realizando así, el preámbulo de una cadena de triunfos y más triunfos. A partir de este hit, el grupo se volvió muy popular en toda América Latina, desde México hasta Argentina, incluyendo Brasil, un lugar difícil para el pop en español. Grabaron canciones en portugués, inglés, italiano y hasta tradujeron un par de sus temas al guaraní para entrar en el mercado paraguayo. Participaron en infinidad de programas televisivos, comerciales, presentaciones e incluso talk shows, cuyos estudios se abarrotaban de adolescentes cachondas que, ansiosas de ver a sus ídolos, no les molestaba hacinarse como ganado en un estudio de televisión. Para Damián y sus compañeros comenzó una nueva vida: hoteles de lujo, viajes, sexo fácil al alcance de la mano, y también de a poco, metiéndose como gotas de agua por un orificio pero terminando por inundar todo, alcohol y droga. Damián debutó sexualmente con una vedette en ascenso seis años mayor que él (y con su mejor amiga) en la Suite de un hotel lujoso durante una gira por Córdoba.

Luego de varios años de éxitos ininterrumpidos y de estar en el candelero de la fama, la muerte de Xavier a causa de una sobredosis de cocaína marcaría el principio del fin de la banda. Paradójicamente, decidieron hacer en Navidad un concierto homenaje grabado en vivo llamado “Réquiem” que se convirtió en el álbum más vendido en la historia de Eléctricos. Sin embargo, la debacle comenzó cuando los trapitos al sol de lo que pasaba puertas adentro del grupo salieron a la luz: Cucho Polín era no solo un explotador que realizaba negocios ilícitos, quedándose con el 50% de las ganancias del grupo cuando solo le correspondía un sexto de los beneficios sino que muy a pesar de su fama de mujeriego y “gatero viejo”[iii]-sentía debilidad por los jóvenes efebos. Muy pronto salieron a la luz las supuestas orgías de los “eléctricos” con Cucho, transformándolo en un escándalo mediático, del cual la prensa amarillista se alimentó por bastante tiempo, destruyendo a la vez la imagen del grupo. Los “eléctricos” estaban acabados.

3. Carrera como Solista. Declive.

Con Eléctricos desbandado, sus integrantes ensuciados por la prensa, y aconsejado por su ambiciosa madre, Damián decidió seguir su carrera profesional como solista. Pero luego del escándalo del grupo, ninguna productora estaba dispuesta a contratarlo, por lo que Dorita —con el dinero que Damián había ganado a lo largo de sus años como parte de “Eléctricos”, montó su propia productora— Shalom Records-para que su hijo siguiera en el camino de la música. No sin poco esfuerzo su primer álbum salió a la luz pero claro, el timing no había sido el ideal ya que —con el camino abierto por las Spice Girls, Destiny’s Child, All Saints y Pussycat Dolls— ahora era el momento del “Girl Power” al poder con bandas solo de chicas, lo cual no dejaba espacio para un solista ex galancito que quería volver al ruedo.

Sin embargo, logró pegarla con un solo tema—“La Lluvia Sobre Tu Pecho”—que se convirtió en el Hit de ese verano y se escuchó repetida y hartamente en cuanta disco, club o fiesta hubo en la costa por ese entonces. Pero el Verano llegó a su fin y con él, la efímera carrera como solista de Damián Glaij, quien luego de gastarse las regalías de su éxito terminó cantando covers en cumpleaños de quinceañeras y en casamientos de novias cholulas para sobrevivir.

4. Su fugaz paso por “La Mansión de Los Famosos”

Y así como las situaciones desesperantes exigen medidas desesperadas, Dorita —ahora convertida en su representante—consiguió que Damián entrara en la versión “Famosos” de un popular Reality-Show donde encerraban a los catorce participantes—famosos novatos o de poca monta— en una casa durante tres meses y eran observados las 24 horas del día por una infinidad de cámaras y por la teleaudiencia, quien votaba quien se quedaba y quien abandonaba el juego. Pero aquí tampoco la suerte acompañó a Damián: su carácter infantil y caprichoso hizo que saliera de la casa en la tercera nominación—solo porque en las dos anteriores había gente más insoportable que él— con el 83% de los votos. Lo único que había dejado de bueno en el programa era su escena hot en el jacuzzi de la casa con otra de las participantes, Bárbara, una bailarina de 23 años que formaba parte del cuerpo de baile de uno de los programas más populares de la televisión y que se había hecho famosa porque una diva le había pegado una cachetada cuando ella bailaba en una obra de teatro protagonizada por dicha diva. Damián deambuló varios meses por todos los programas de chimentos como personaje mediático y le pagaban para ir a los boliches de moda, pero luego de algunos meses, otra vez vino el ocaso. Al mismo tiempo, la droga y el alcohol se habían convertido en sus mejores amigos ya empezaban a hacer estragos en él. Su carácter se iba volviendo cada vez más caprichoso y ciclotímico; el chico dulce y encantador de “Eléctricos” había dejado paso a una especie de Divo insoportable, que vivía todo el tiempo eufórico.

Aprovechando este coletazo de exposición que le dio el Reality, re lanzó su antiguo hit del verano La Lluvia Sobre Tu Pecho en versión remixada y por un par de meses logró otra vez estar en el ojo público.

Pero otra vez las puertas grandes se cerraron, por más que Damián y Dorita las golpearon. Solo quedaban las puertas chicas con dinero escaso, pero Damián seguía su ritmo de vida como si aún fuera famoso. Todo para impresionar a Bárbara.

5. El Caso de La Bailarina

Mientras deambulaba por los programas de la tarde, Damián seguía su romance intermitente con Bárbara, su compañera de Reality-Show con la que había tenido la famosa escena del jacuzzi, con quien habían empezado a salir dentro de la casa y con quien había retomado la relación cuando la bailarina salió de la casa de los famosos, donde llegó a ser la tercer finalista y alzarse con algo del dinero del premio, un auto cero kilómetro y un contrato con una agencia de modelos muy importante que si bien no figuraba entre los premios, pero que había resultado un efecto colateral de su exposición en el programa. Además, un grupo de productores la convocaron para hacer el papel de Roxie Hart en la nueva puesta del musical “Chicago”, con la esperanza de que la mediática modelo y bailarina atrajera más gente joven al teatro que la diva cincuentona que había dejado el papel (curiosamente, la que le había pegado el bofetazo que la había llevado a las puertas de la fama).

 Fue por eso que Damián decidió festejar una Navidad diferente, gastándose lo poco que tenía alquilando una suite de un hotel cinco estrellas, para agasajar a su novia. Organizó una pequeña fiesta con una fauna de asistentes diversos: modelos de dudosa reputación, bailarines sedientos de sexo, travestís que insistían en que eran mujeres hechas y derechas, y personajes mediáticos que habían tenido sus cinco minutos de fama y vivían —al igual que Damián— de deambular por los programas televisivos. A última hora se sumó la tripulación de una compañía aérea norteamericana que solía recalar en el hotel, para completar ese elenco afiatado y variopinto, para quienes la noche—y el libertinaje— parecía no tener fin. Todos contra todos parecía la consigna.

Cuando Damián se despertó, la lujosa habitación del hotel—transformada ahora en una especie de chiquero por los excesos de la noche anterior—le daba vueltas como si estuviera montado en un carrusel que no se detenía nunca. A su lado, Bárbara parecía dormir plácidamente, aunque en una segunda mirada, a Damián le pareció más pálida que de costumbre. Aún con la cabeza a punto de explotar, se levantó como pudo para ir al baño, esquivando a su paso botellas, jeringas y preservativos usados que oficiaban de nueva decoración de la Suite. Vació su vejiga y el olor fuertísimo de su orín de alcohol y drogas casi lo hace descomponer. Antes de apretar el botón de la descarga, se quedó jugando un rato con su pene, pero esta parecía no responder a ningún estimulo.

Volvió a la habitación y vio que Bárbara seguía dormida. Se quedó unos minutos contemplando su belleza y cuando se acercó a besarla, se dio cuenta de que algo estaba mal. La cara de la bailarina estaba tan blanca y fría como el mármol. La sacudió un poco, pero en vano, ya que su cuerpo lánguido no reaccionaba. La desesperación lo invadió por completo. Trató de tomarle el pulso y de escucharle los latidos, pero se dio cuenta que no sabía cómo hacerlo.

—¡Despertate!—le gritaba entre sollozos, mientras sacudía su cuerpo.

Pero Bárbara ya no podía escucharlo. La autopsia estableció que había sido muerte por sobredosis y qué se había producido alrededor de las seis de la mañana; en los medios el episodio se conoció como “El Caso De La Bailarina”. Para Damián fueran semanas y semanas de declarar ante la policía y ante los medios. Un Psiquiatra lo medicó con anti-depresivos, los cuales Damián empezó a mezclar con alcohol —y los ocasionales porros que se fumaba— y empezó a vivir en una especie de nebulosa. Hasta que una noche de viernes, salió a la puerta de su edificio totalmente desnudo a repartir sus CDs a la gente que pasaba.

—¿Se acuerdan de mi? Soy Damián Glaij, de “Eléctricos”—gritaba y acto seguido comenzaba a cantar alguno de sus lejanos hits. La Policía no tardó en llegar.

“Soy poderoso y tengo el poder —como una varita mágica—de convertir a quien lo toma en una persona brillante, amada por la gente, un elegido”.

Damián siguió hablando más allá de su presentación y Guillermo tuvo que cortarlo con un cortante “Gracias”. Mientras los miraba a los ojos, el terapeuta notó como estos le brillaban mientras terminaba de hablar, como si en algún recóndito lugar de su alma, volviera a ser ese adolescente que cantaba en una banda pop ante el fervor de miles de fans.

Continuará… 




[1] Dialecto derivado del alemán hablado por los judíos de Europa.



[i] Once: barrio de Buenos Aires donde las familias de origen judíos solían tener sus sederías y negocios, hoy desplazados por la comunidad coreana.

[ii] Bandas muy populares a fines de los años ochenta y principios de los noventa, constituidas por jóvenes varones.
[iii] Arg. Llamase así al hombre mayor que sale con prostitutas de alto nivel llamadas “Gatos”, de ahí lo de “Gatero”.

 

10 comentarios:

  1. Jaja! Bueno, el cantante tiene sus uñas bien puestas. Al mejor estilo de Sid Vicous y Nancy Sprungen, Damian (tamaño nombre) parece que va a dejar una huella en la música, pero no por lo positivo. La terapia de machos sigue por buen flujo, tendríamos que ver como continúa. Jaja! Felicidades Gonzalo.

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  2. Hola Carlos! Gracias x tu comment , como siempre. Pobrecito Damián, jajja, se fue para el otro lado de la música...Y todavia falta la historia de Alejandro, el último de "los machos" y creo que quizás, la historia más fuerte...

    Abrazo.

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  3. Es muy difícil ser valioso al ritmo que tú escribes, pero, en cambio, tu lo consigues. Felicidades. Por cierto no he sabido descubrir que significan las palabras: afiatado, chiquero, citadinos, cholulas... Sauldos

    Cristian

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  4. Cristian: gracias por tu feedback. Perdón por las palabras que se me han "escapado" del Glosario, siempre suelo ser bastante minucioso con el glosario al pie de página, ya que suelo escribir en castellano de Argentina, que a su vez tiene muchos modismos de otros idiomas. Y como la mayoría de los lectores de la Revista son españoles, de ahí el Glosario.
    AFIATADO: variado, variopinto.
    CHIQUERO: metafóricamente, se refiere a un lugar muy sucio y caótico, el "chiquero" es el lugar donde se crían los chanchos. (cerdos) en el campo.
    CITADINO: de la ciudad. Se refiere a alguien con aire urbano.
    CHOLULA: como se me pudo escapar! Esto es bien argentino. "Cholula/o" es una persona que le apasiona-casi obsesivamente- seguir la vida de los famosos, verlos, frecuentar lugares que ellos frecuenten pedirles autógrafos, etc.y que por lo general suelen estar al tanto de todo el chisme del ambiente artístico.

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    1. Gracias Gontxu por tu aclaración.

      Cristian

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  5. TINO: Gracias por tu comentario. Hoy he leído tu relato y me ha hecho recordar algunos "amores perros" que he tenido. Saludos y buen año!

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  6. Un placer leerte, admiro tu imginaciòn, creatividad, secuencia e hilaridad en las ideas, asì como tu constancia de colaborador con capìtulos interesantes que seguramente conforman una novela donde los personajes se van identificando con sus sentimientos y emociones, e incluso se viven situaciones embarazosas como el caso de la bailarina que proporcionò Bàrbara complicaciòn, jajaja.

    TRINA

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    1. Trina querida! Era una de mis lectoras más fervientes. Muchas gracias por tu feedback! Y ni te imaginas el capitulo que se viene en la próxima...Alejandro, el último "macho" que nos falta por conocer, oculta un gran secreto...

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  7. Me ha gustado mucho, Reconozco que al principio de la biografía he pensado que se me iba hacer pesado, pero consigues llevar un ritmo ligero y vivo que me atrapa. Enhorabuena amigo.

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