Tiempo de ayer que se va esfumando
hasta en la memoria más resistente.
Sólo dejas el entusiasmo gratificante de haberte vivido,
con provecho o sin él,
eso no es asunto tuyo, tu solo estás, te das, te haces
presente... pasado y futuro.
Nos envuelves entre encantos febriles, entre diversos
mundos de fantasía.
Hay de aquel que no te viva y te disfrute en la mejor etapa
vigorosa e inconsciente.
Te maldecirá como si la amargura fuera culpa tuya, como si
tu sitio fuese solo en un reducido lugar en el cerebro o la mente.
Tú eres inmenso, eterno. Eres magnifico, espléndido.
El tener o no tener, el ser o no ser, no es culpa tuya.
En ápices de materia gris se esconde la terrible culpa, la
infame capacidad humana de sentirse inútilmente poderoso, expandido, ególatra.
Dramáticamente ignorante de que con todo y eso y más que se
sea o se tenga, su final será la nada, por más que crean que te han aprovechado
en bienes ¿Y a ti que te importa quién tiene o no tiene esto, aquello o lo
demás?
Otros aun con bolsillos secos, sin haber recibido herencias
y sin tener que heredar, con brillo en la mirada te apreciaran cual vales, sin
sombras de duda, perennemente agradecidos de tu existencia y su existencia en
tu existencia.
Tan amistoso, siempre compañero amable, complaciente y
paciente como nadie, pues solo tu...te tienes todo el tiempo.
Contento y tranquilo soy de tenerte aquí, seguro y confiado
de que me tendrás allá... En la eternidad... ¿Qué más quiero?
Habrá quien, según sus triunfos o derrotas, te considere un
Ángel, habrá quien un Demonio, yo estoy seguro que solo eres... El tiempo. Y
que, te tiene sin cuidado lo que crean que eres, pues tu bien sabes que eres lo
que eres.
Yo prefiero verte neutral como eres... Tiempo.
Hugo Ortega
En poco espacio, con los segmentos justos, una expresión de tesis entro puramente físico y lo metafísico.
ResponderEliminarSugerencia: cuidado con el 'hay' que se ha colado en el lugar de 'ay'.
ResponderEliminarMe gusto mucho Hugo Ortega, un Abrazo.
Tiempo.
Es una persona impaciente,
el tiempo,
que acaricia el presente.
Se abrazan dos viejos niños
intentando recuperar
lo que el tiempo les quito.
Amigos de la infancia
que el destino separó.
Dan la vuelta al tiempo
reencontrándose,
donde todo empezó.
Un lugar en donde el tiempo,
se paró.
Dos viejos niños,
¡se abrazan!
intentando recuperar
lo que el tiempo les quito.
Un lugar
donde el tiempo no llego;
donde todo empezó.
Su futuro,
donde el tiempo no ha llegado;
Su pasado,
donde el tiempo se ha parado.
Manuel Barranco Roda.