viernes, 10 de enero de 2025

En fin... Todo pasa por algo.

 

Buenos días, tardes o noches a todos, ya que no sé nunca a ciencia exacta a qué hora os conectáis.

La verdad es que he de confesar que desde que los de Blogger me vetaron el capítulo de Giselle, estaba sumida en un bajón brutal, ya que por más veces que me he leído el texto, os lo juro que no encontraba un motivo de peso para que alguien hubiese dado el paso de denunciarlo como “contenido sensible” y cuando sé que la razón está de mi lado, no paro, hasta lograr que sea haga justicia.

 

El día que el trabajador de Blogger me dio esa mala noticia, obviamente yo no me quedé con los brazos cruzados, esperando, un milagro que por si solo, no habría sucedido.

 

Tardé un par de días en dar contestación a su mail, alegando de manera elegante, que se leyera el capítulo junto con los anteriores, así, entendería, que no es más que una escena íntima que se puede dar en cualquier pareja.

Y en vuestro foro interno seguramente estéis asintiendo con la cabeza y dándome la razón.

Pues bien, esta mañana, después de haber pasado una noche horrible, porque desde hace un tiempo, no estoy bien, abro el correo y me encuentro esta contestación de una persona que trabaja para Blogger.

 



 



Os lo juro que he votado y llorado de alegría, porque, siempre he cuidado mi manera de escribir. Cuando yo escribí la novela de Giselle, estaba soltera, pero… trabajando y “aunque” sentía que era más libre para escribir, siempre tuve la intuición de que algún superior me podía leer, algo, que años más tarde me confirmaron.

Pero cuando comencé a escribir “El regreso de Giselle”, mi estado civil, ya era otro, por lo que todavía era más cuidadosa con cada capítulo. Puesto que detrás de mí, hay, personas a las que les puede causar dolor, el verme a mí mal; como le puede suceder a cualquier persona que me tenga cariño. Antes de escribir cualquier capítulo, relato o poema, lo pienso muy bien, porque ni me gusta hacer daño gratuito y aún menos que me lo hagan.

Es cierto que, como escritora, en ocasiones, he de exponerme a la vida pública, más de lo que yo quisiera, pero ni los seguidores, ni los libros, si no te lo trabajas, se consiguen.

 

Pero si algo que defiendo es mi vida personal, esa parcela, muy pocas personas la conocen. Jamás veréis una foto de mi vida privada, poque mi marido es celoso de ella; puedo hablar de mí, de lo que yo pienso, de lo que yo deseo, pero.. tanto a él, como a los míos, nunca, jamás se verán expuestos.

 

Mi marido, me conoció, siendo escritora y al igual que muchas personas que ahora me rodean saben lo que ello conlleva. Saben cómo en verdad soy y está muy lejos de ser esa Giselle, que todavía muchos, piensan que soy. Soy la mujer más tímida que os habéis podido echar a la cara. Hasta con un gesto inesperado, me bloqueé, en su día.

Por eso invito a esa persona que tuvo los arrestos de denunciar ese texto, que se ponga en contacto conmigo, las cosas se hacen y se dicen a la cara, porque cuando la razón prevalece, todo es cuestión de tener paciencia y esperar, como en este caso a sucedido.

 

El contenido “sensible” de La revista de Todos  ya está quitado. Por lo que podéis acceder libremente sin problema alguno, hasta que en otro “momento” otro “piel fina” o “Principeso”, vuelva a poner una reclamación y de nuevo, tenga que pelear hasta conseguir lo que es justo.

En fin… Todo pasa por algo.

 

Gracias a todos por vuestra comprensión.

 

Un saludo

Eva Mª Maisanava Trobo

4 comentarios:

  1. Estoy a tu lado y del de la libertad de expresión. Harto, muy harto de la gente miserable que envidia a quienes liberan su pluma o su lengua y llaman a las cosas por su nombre.

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    1. Muchas gracias tanto por tu apoyo personal, como profesional. Si tu estás harto, imagínate como lo estoy yo. Saludos.

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  2. Cuanto más precisamos de expresar con libertad más difícil es. ¿Estamos progresando?

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  3. No siempre lo que se piensa, cree y siente resulta fácil expresarlo.
    Mas esto no ha de impedir su expresión.
    Resulta más bien ser un preciso y precioso momento para el ser.
    Tiempo de evolucionar, de unificarnos, de definir, definirnos y redefinirnos,
    de direccionar y direccionarnos.
    Y solo así... solo así podríamos hablar de... libre expresión.

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