Siempre que tengo que enfrentarme a un folio en blanco, me da pavor. Pero al final, no sé como lo consigo, pero termino saliendo airosa. Me imagino que tantos y tantos años trabajando como teleoperadora, con muchos estrés y con un gran volumen de llamadas, donde como mucho tenía dos minutos y medio para atender a cada cliente, han hecho, que esté acostumbrada a trabajar bajo presión, con rapidez, pero no por ello, sin dejar de hacerlo bien, cosa que no es fácil de lograr.
La Revista de Todos
jueves, 14 de noviembre de 2024
Solo por y para vosotros
jueves, 7 de noviembre de 2024
El regreso de Giselle. —Recordando el ayer—
Aunque
fue ayer cuando escribí en este diario, siento, que ha transcurrido mucho tiempo.
Mis
sentimientos, aunque recientes, son fuertes y el causante de ellos, es Roberto sin
lugar a duda.
Abrahán,
mi hijo, ya tiene siete años. Está creciendo tan rápido, que en ocasiones me formula
unas preguntas, para las que os aseguro que no encuentro respuesta. Pensamos,
que los niños no se enteran de nada, que, desde su mundo de la inocencia y el
juego, no perciben nada del mundo de los adultos, y ahora, me doy cuenta de que
no. Que siendo unos niños —una inmensa mayoría—, son más sensatos, sinceros y
honestos que nosotros; porque no están maleados, porque son transparentes y cada
palabra que dicen, la dicen, con una verdad que en ocasiones hasta para nosotros
puede resultar hiriente.
Aproveché
para desayunar tranquilamente mientras que todavía él seguía durmiendo. En la
mesa de su habitación estaba el puzzle que mi hijo y Davinia montaron, en mi
ausencia, mientras que pasaba la noche con Roberto; lo que me recordaba que
tenía que pasar por la tienda de cuadros, para que lo enmarcasen, como le había
prometido la noche anterior para que lo colgase en su habitación.
De
repente comencé a sentirme muy cansada, apenas había ingerido un café con leche
y una tostada con jamón york y aguacate para desayunar y sentía como si me hubiese
comido un costillar entero.
El
periodo, hacía dos semanas que debería de haberme bajado y no tenía síntoma alguno
de que fuese a hacer acto de presencia. Me negaba a admitir, lo que, dentro de
mí, podría estar pasando.
Sin
tener ninguna prueba que lo confirmase, mi cuerpo, ya había pasado
anteriormente por esto, y estaba más que convencida que de nuevo, una vida en
mi se estaba gestando.
Habían
transcurrido más de 8 años desde mi último embarazo, los años pasaban. Mi hijo
siempre había querido tener un hermano y, sin embargo, me daba miedo. Ya no
tanto por volver a ser madre, sino porque tal vez Roberto no estuviera
preparado para afrontar una paternidad.
No
teníamos una relación consolidada, tan sólo habíamos compartidos unas cuantas
citas, charlas, paseos, confidencias y… ¡Sí! Esa noche de pasión en la que me
estremecí, grité y en la que pedí que no parase… hasta que entre sus brazos sentí
desfallecer de placer…
Y
es que la vida se compone de “momentos” y en un momento se crea una vida.
Continuará…
Próximo
capítulo el 22 de diciembre. Día en que La Revista de Todos, vuelve a ver la luz
y espero que brille como antaño lo hacía. Pero para ello, os necesito a todos y
cada uno de vosotros. Sin vosotros, nuestro trabajo, entrega y dedicación no tendría
razón de ser. Gracias por ser y estar.
Giselle,
regresa, con más fuerza que nunca deseando poder volver a emocionaros, como antaño
lo hacía.
Eva Mª Maisanava Trobo
lunes, 4 de noviembre de 2024
El regreso de Giselle
Es complicado de nuevo
introducirme en la piel de Giselle, sobre todo, de esta nueva Giselle. Esa Giselle,
que dejó ser una de las mejores escorts de Madrid, para pasar a ser empresaria,
madre y sobre todo sentirse viva.
Ha pasado mucho tiempo,
exactamente desde el 30 de agosto del 2019 que publiqué el último capítulo. Mi
vida y más que mi vida, yo, al igual que Giselle hemos cambiado mucho.
Por eso me da miedo de
nuevo meterme en su personaje, porque temo no volver a conseguir lo que hace
tiempo solo ella supo lograr. Porque a la fecha, no me atrevería a decir con
seguridad, si ella escribió mi vida o yo la de ella. Si ella es escritora y yo una
ex escorts, o si yo soy escritora y ella un personaje con el que logré ser
libre y volar.
No sé qué me da más miedo, si
asumir de nuevo la dirección de La Revista de Todos, con la profesionalidad que
siempre lo he hecho o de nuevo ser Giselle, vuestra Giselle.
Aunque no os lo vais a poder
creer para escribir el siguiente capítulo he tenido que leer la novela que en
su día publiqué y de la que a un buen recaudo conservo un ejemplar, como
también he tenido que leerme los cuatro capítulos que se publicaron en su día en
La Revista, teniendo como título, “El Regreso de Giselle”.
Y aunque ha transcurrido
mucho, mucho tiempo. ¿Me creéis si os digo que todavía me he emocionado? No sé
que hizo Giselle en mí, o sí lo sepa y no lo quiera asumir.
Ya que La Revista de
Todos, si Dios quiere, regresa el 22 de diciembre, y como es de costumbre, el título
de cada aportación ha de contener la palabra “Navidad”. Aquí os dejo el título del
nuevo capítulo.
—El regreso de Giselle. ¡Y
sí, llegó la niña por Navidad!—
Giselle de nuevo se enfrenta
a la maternidad. A cumplir su deseo de ser madre, —pero sobre todo la de su
hijo Abraham—, de querer tener un hermano.
¿Conseguirá la llegada de
esa criatura apaciguar las ganas de seguir sintiéndose “viva”? ¿Cómo reaccionará
el Sr. Rodríguez? ¿Le acompañará en su embarazo o tendrá que ser Giselle, de
nuevo, quien afronte la maternidad al lado de Davinia?
Todavía ni yo como
escritora, lo sé. Ya sabéis que estoy acostumbrada a trabajar bajo presión y que
seguramente, una vez más, sea mi estado emocional de ese día el que decida que
sucederá.
Hasta el 22 de diciembre, fecha en la que se publicará el nuevo capítulo de El Regreso de Giselle, os dejo los links de los capítulos anteriores para que recordéis su historia. Y si queréis recordar el origen, la novela, "Escorts, una semana en París", os invito desde ya a que pulséis en el link de abajo, para qué, capítulo a capítulo os emocionéis, como a la fecha y me temo que de por vida lo seguiré haciendo.
https://evamariamaisanava.blogspot.com/
El regreso de Giselle
Me deseas y lo sabes.
https://larevistadetodos.blogspot.com/2019/02/el-regreso-de-giselle-capitulo-i-me.html
Giselle, permítame hacerla
el amor.
https://larevistadetodos.blogspot.com/2019/04/el-regreso-de-giselle-capitulo-ii.html
Y sin darme cuenta, llegó
el 16 de Junio.
https://larevistadetodos.blogspot.com/2019/06/el-regreso-de-giselle-capitulo-iii-y.html
El amanecer
https://larevistadetodos.blogspot.com/2019/08/el-regreso-de-giselle-capitulo-iv-el.html
jueves, 5 de septiembre de 2024
No me leas, siénteme. Comunicado.
Toc, toc… ¿Se puede?
miércoles, 4 de septiembre de 2024
No me leas, siénteme. Capítulo: ¡Maldito telegrama y maldita mi vida!
martes, 3 de septiembre de 2024
Buenas tardes a todos...
Buenas tardes a todos;
Os aseguro que, para mí, como escritora, no hay mayor miedo al que me pueda enfrentar que al de llenar un folio en blanco. Quizás porque para los que amamos este mundo, es tan importante sentirnos leídos, que el no escribir algo que sea digno de vosotros, no hace otra cosa que producirme angustia, ansiedad y desasosiego.
Desde el 2019 no había vuelto a escribir hasta hoy 9 de septiembre donde una vez más he decidido abrirme en canal, sin ataduras ni cortapisas y siendo completamente yo.
Estoy llorando, sí; no podéis ver las lágrimas, pero creerme que es así. Ha transcurrido tanto tiempo, me han sucedido tantas cosas —buenas, y no tan buenas —, que no sé si habrán hecho que madurase y en mi forma de escribir se pueda apreciar, os lo juro que no lo sé. Me gustaría que me lo dijeseis, aunque libre estáis de hacerlo o no.
Pero no puedo engañarme y aun menos engañaros, y aunque hasta ahora no he encontrado “tiempo” para escribir, no puedo vivir sin hacerlo. Solamente escribiendo soy feliz, solamente creando historias me siento plena.
No voy a negar que el motivo, aparte de mi amor incondicional a la literatura, que va más allá del amor terrenal, ha sido el hecho de ver que en el blog de “La Revista de Todos” https://larevistadetodos.blogspot.com/, las visitas, han sido continúas. Y todos los que me conocéis ya sabéis lo importante que es para mí. Ya que es mi hija, la vuestra y la de Todos, porque por eso la bauticé con ese nombre “ La Revista de Todos”.
Y aunque me estoy planteando seriamente el asumir de nuevo la dirección, creo, que todavía he de esperar un poco para hacerlo con esa profesionalidad que siempre me ha acompañado.
Durante bastante meses he observado como las visitas a las entregas de “El regreso de Giselle/ Giselle it´s coming”, están aumentando sin yo darles publicidad, lo que permitirme pues que traduzca en que os sigue interesando la apasionada historia de Giselle, mi otro yo, mi alter ego; ese personaje real o ficticio que yo cree y que a la fecha sigue viviendo en mí y lo que hace que me sea complicado centrarme en mi nueva novela “No me leas, siénteme”, de la que me consta que muchos de vosotros habéis leído. Es por ese motivo, que vosotros y más que nadie os merecéis leer el origen, el nacimiento de Giselle Bayma en “Escorts, una semana en París”.
Esa historia que comencé a escribir en entregas solamente para darle un punto de erotismo a la revista y que sin saber cómo ni porqué se fue convirtiendo en el icono de la revista.
Quiero anunciaros que el próximo 6 de septiembre publicaré el primer capítulo de la novela y así cada viernes; para asegurarme tener una cita con vosotros y hacer que tengáis un fin de semana especial, distinto…
Ahora muchos no entenderéis el porqué, pero a partir de este viernes, me daréis la razón. Giselle ha sido, es y será mi mejor versión. Y aunque sé también que saldrán muchos “haters” a levantarme los pies del suelo, a difamarme y a insultarme de una manera gratuita; deciros que esta vez no vais a lograr ese objetivo que antaño, mentes cuadrículadas lograron.
No llevo ni diez minutos escribiendo y me acabo de dar cuenta que yo he madurado, pero hay algo que no ha cambiado en mí, el tener la facilidad en escribir lo que siento.
Me voy a despedir ya, no olvidéis que el próximo 6 de septiembre tenemos una cita.
Desde el respeto, y siempre desde la humildad espero que la historia de Giselle os haga ver la vida, como ella y muchas personas que ya han leído su vida, desde un prisma totalmente libre de prejuicios, lo hacen. Solo así, se puede entender y sentir su vida…
Os quiere
Eva Mª Maisanava Trobo
Pd: Si anunciaros que al ser una historia de la cual ya me pertenece íntegramente sus derechos, la publicación las haré en mi blog personal https://evamariamaisanava.blogspot.com/, desde ya, vuestra casa…
No me leas, siénteme. Capítulo: Madrid, ciudad hostil.
Por fin ya era viernes, ya quedaban escasas horas para dejar atrás esta vorágine de sentimientos y comenzar mi nueva vida, lejos de todo aquello que pudiera recordarme a Felipe.
Aunque ver como mi vientre crecía hacía imposible que por más que lo desease con todas mis fuerzas pudiese olvidarme de él.
Recogí mi escaso equipaje, saldé la cuenta del hotel y me dispuse a coger el autobús para ir a Madrid, en ese instante un lugareño se ofreció a llevarme a la ciudad pensando que no tenía posibles.
No acostumbro a cometer locuras de esa índole tan temeraria y sobre todo porque nunca he tenido necesidad de hacerlas. Siempre he tenido a un chofer a mi disposición para que me acercase a cualquier lugar.
—¡Cómo extraño en estos instantes a Roque! ¿Habrían averiguado mis padres que fue mi cómplice para organizar mi marcha?—.
Me cuesta creer que mi padre no haya hecho de las suyas para obligar a Roque a contarle la verdad; aunque si fuera un ápice inteligente sabría que lo único que hice es ir hacia donde el corazón me dictaba que debía de ir.
Matías, el señor que me llevó a Madrid, resultó ser el padre de Margarita. —¡El mundo es tan grande y a la vez tan pequeño—.
Por fortuna él no me conocía. Se le veía un hombre bastante confiado y noble, hasta tal punto que durante el trayecto me contó lo preocupado que estaba por su hija. Al parecer por más que Felipe intentaba olvidarme, no lo conseguía. Aunque conociéndole, sé de sobra que con lo responsable que él era, nunca dejaría desatendida a Margarita ni al hijo de ésta, pese a que él fuera un completo desgraciado.
Es injusto que siendo el amor un sentimiento tan grandioso, sea a la par tan imposible de alcanzar en ocasiones y máxime cuando hay factores ajenos a nuestro control. Aunque el verdadero amor está por encima de tener a la persona amada a tu lado. El amor: es abrir la jaula a un pajarillo y dejar que este vuele y se pose en su largo viaje de rama en rama, hasta que por sí solo, después de un agitado viaje regrese al nido donde sabe que le harán sentir como en ningún lugar visitado antes.
El padre de Margarita me llevó en su coche hasta la estación del Norte.
El ambiente que se respiraba en la capital era completamente hostil, de camino a la Plaza de España, dejando atrás y a la derecha el Campo del Moro, pude ver que en el Palacio Real ya no hondeaba la bandera española con su maravilloso escudo; ahora era la bandera tricolor la que hondeaba en lo alto del Palacio, como también adornaba los balcones de muchos hogares españoles donde habitaban republicanos y en otros donde por temor a las posibles consecuencias al abogar con la monarquía podían traerles, la ponían.
Ya no había libertad de hablar sobre la monarquía sin que esta conversación estuviera exenta de graves consecuencias.
Llevaba mucho tiempo sin caminar por la Gran Vía y aunque el jaleo de la capital nunca me había gustado, ahora estaba disfrutando de un agradable paseo y deleitándome la vista con numerosos escaparates de negocios que llevaban años tras años abiertos.
Al llegar al hotel, me dirigí directamente a recepción y una vez allí —como bien me dijo el padrino—me acompañaron hasta mi habitación. Coloqué el escaso equipaje que llevaba conmigo, me di una ducha y descansé hasta la hora en la que había quedado con mi padrino para cenar. El diario que me regalo mi tata Aurora y en donde escribía casi a diario estaba quedándose sin hojas. Me habían sucedido durante todo este tiempo tantas cosas que apenas me quedaban diez escasas páginas para rellenarlo por completo. —¡Tantas vivencias tenía todavía por contar!—. No sé exactamente el tiempo que mi padrino se quedaría en la capital, pero seguramente que estaríamos todo el fin de semana y ya hasta el lunes no partiríamos rumbo a su casa, a un país donde exiliarnos. El ambiente en España era cada vez más insostenible, eran numerosos los rumores sobre una posible segunda guerra civil y que los días para el comienzo de ésta, estaban contados.
Pese al amor incondicional que como española sentía hacía mi patria, me veía obligada a partir y a emigrar, asegurándome así de que mi hijo naciese lejos de cualquier ambiente bélico.
A la hora de la cena, mi padrino llamo por teléfono a mi habitación. Bajé para reunirme con él, en el restaurante donde él ya se había encargado de reservar mesa.
—¡Dios mío, hace unos años eras una niña y ahora eres una auténtica mujer! ¿Cómo estás, princesa? El embarazo, sin duda, te sienta de maravilla. ¡Hace tanto tiempo que no te veía!— decía, mientras que me abrazaba efusivamente.
—Exactamente desde mi comunión. Ya han transcurrido muchos años y sin embargo los años no hacen mella en usted, padrino. ¡Está tan atractivo como siempre!
—¡Serás tunanta! Vaya que si han pasado Dulcinea. Ya empiezo a padecer los síntomas inevitables de la artrosis, hija. Pero... ¡Cuéntame! ¿Qué tal estás?
—¡Bien!, aunque sé que me va a regañar cuando lo sepa. He de confesarle que no he ido al especialista. Todo sucedió tan rápido desde que dejé el internado para regresar a Laussane, que con mi partida y todo lo vivido me he olvidado de algo tan vital e importante.
—¡Diantres, Dulcinea! ¡Has de ir de inmediato! En cuanto lleguemos a casa, te acompañaré al ginecólogo para asegurarme de que estás bien y que tú embarazo finalizará con un estupendo alumbramiento. Eres joven, fuerte, sana y seguro que mi ahijado será un bebé maravilloso. Sin duda será tan fuerte y luchadora como lo es su madre.
—¿Ahijado?¿Ya da por hecho que será el padrino?
—¡Hija... yo...!—
—¡Claro que sí, padrino! Lo será. ¡Quién mejor que usted! De mis padres no tengo noticia alguna, y aunque ahora se preocupasen, es tarde.
Además, ya sabe que por el bien de mi hijo, tendrá mejor porvenir siendo usted su padrino.
—Entonces así será, Dulcinea. Pero sentémonos. Vengo cansado de la reunión y he de ponerte al corriente de los tiempos de hostilidad que se avecinan en la capital y en el resto de España—.
Ver a mi padrino me dio esa momentánea paz que tanto necesitaba. Me comentó que la situación en España iba a cambiar drásticamente y que había visos de que diera comienzo una guerra civil casi de inmediato.
El próximo lunes sin falta partiríamos rumbo a su casa, dejando atrás todo tipo de recuerdos y empezando así una nueva vida. La de una madre coraje que haría lo imposible para que su hijo fuese por encima de todo: feliz.