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jueves, 21 de marzo de 2013

El cielo puede esperar.


Mary Ann Rose siempre había querido ser monja pero fue inútil. Era tan bella que ningún pretendiente se lo consintió. Y así poco a poco tuvo que abandonar en su empeño por ser esposa de Dios tal y como quería. Le quedó, eso sí, una devoción que hacía que todos los fines de semana fuera a misa y rezara. Pasaron años y pasaron los pretendientes y su belleza fue decayendo. Ella fue hermosa mientras fue deseada pero se daba cuenta amargamente de cómo por vanidad terrenal había renunciado a su vocación.

          Tenía sueños premonitorios y en uno de ellos descubrió que se casaría muy enamorada. Y el doncel se presentó al cabo de una temporada y le hizo tilín a Mary Ann pero era más joven que ella y el tiempo había mermado su esplendente belleza.

Con el tiempo lo que comenzó como amistad se fue afianzando pero de boda el chico no quería ni hablar. 

-        Estamos bien como estamos- le decía- para qué estropearlo firmando papeles. 

          Pero Mary Ann quería boda y por todo lo alto a ser posible en la catedral y en un coche tirado por caballos blancos. Tanto insistió que el buen mozo se rindió y consintió. Mary Ann se casó cómo deseaba y fue el día más feliz de su vida. Pasó un tiempo y esperó ser madre pero cual fue su decepción al descubrir que ella no podía tener hijos. A su marido no le importó pero a ella sí, él le decía que no se podía tener todo en la vida, pero ella se sintió estafada por la naturaleza y decidió separarse aún amando profundamente a su marido. El como era de esperar lo aceptó y rehizo su vida con una chica más joven. Pero Mary Ann se quedó sola, y entonces vio que nada la retenía para seguir su antigua vocación. Y dicho y hecho se fue misionera a Sudamérica a ayudar a los más pobres y necesitados y a estar con niños desvalidos. Murió en olor de santidad y la iglesia la hizo beata siendo una segunda Madre Teresa de Calcuta.

 

Escrito por:
Amparo Iborra

7 comentarios:

  1. así es la vida, el destino da muchas vueltas. bonito relato.

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  2. JUAN CARLOS MUÑOZ22 de marzo de 2013, 16:34

    Ese era su destino en la vida... muy buen relato, me ha encantado.ENHORABUENA Amparo.

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  3. Un precioso relato de lo contradictoria que es la vida. Enhorabuena, Amparo

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  4. Bueno, esto nos demuestra que tarde o temprano, nuestros sueños se terminan cumplienod, aunque tengamos que pasar muchos años de vicisitudes para llegar a ellos, no?

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  5. La vida a veces ofrece respustas que no esperamos y nos envía a un punto de origen que no entendemos. Pero todo es un círculo y terminamos volviendo sobre nosotros mismos. Gracias Amparo.

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  6. Se sabe cómo uno empieza, pero nunca cómo se va a terminar. No hay que perder la esperanza...

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  7. muy buen relato, lo me queda así como intriga, lo dejo aunque aun lo amaba profundamente! ... me gusto saludos!

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