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domingo, 13 de enero de 2013

La estela del viento.

La vida hay que tomarla como el viento, ir en su misma dirección para avanzar y no quedarnos quietos, bloqueados, aislados o impedidos.

Sortearemos, siguiendo al viento, las murallas encontradas a nuestro paso y junto a él, evitaremos muchos tropiezos.

El viento al igual que la vida es caprichoso, inconstante y antojadizo ya que nunca se sabe con antelación en qué dirección y a qué velocidad va a soplar y hacia donde nos guiará.

Impulsivo, ardiente y a veces impetuoso nos confunde sin saber hacia dónde dirigirnos o qué camino tomar, pero aún sabiendo que lo más sencillo es seguirle, hay momentos en los que debemos parar y hacerle frente, “caminar en su contra”, para así, ser conscientes de nuestra fuerza y resistencia y al igual que las cometas, el choque nos hará elevarnos hasta casi alcanzar el cielo; será entonces cuando todo nos resulte más sencillo, más bello, porque tendremos en la vida como aliado a la estela del viento.

- Dijo el viejo profesor, dando por terminada la clase con una media sonrisa y una mirada franca.

Hasta mañana chicos, y… recordad, que la vida y el viento van de la mano y que de un modo u otro están siempre de acuerdo.


María del Carmen Aranda es escritora y autora del blog mariadelcarmenaranda.blogspot.com



17 comentarios:

  1. Buena lección, profesora Mari Carmen, jeje. Un besazo

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    1. Bueno, no es la primera vez que llaman Profe... jajaja. Un abrazo!!!

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  2. INTERESANTE LECCIÓN Y BONITA NARRACIÓN

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    1. Gracias Nuría, un placer contarte como seguidora de mis relatos. Un abrazo.

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  3. Gracias por vuestros comentarios. Un fuerte abrazo para todos.

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  4. Gracias Guillermo por tu comentario y enhorabuena por tu Blog, muy buenas reflexiones las que en el nos presentas. Un abrazo.

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  5. Más sabe el diablo por viejo que por diablo dicen, y el relato me recuerda tanto a un profesor de mi adolescencia que creo que has tocado mis recuerdos.

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    1. Espero que haya sido para bien. Un abrazo y gracias Caliope por tu comentario.

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  6. Manuel MEJÍA SÁNCHEZ-CAMBRONERO27 de enero de 2013, 17:46

    Estoy de acuerdo con los compañeros que me preceden en los comentarios, aunque creo que nos dejas un poco con la boca abierta (con ganas)...

    El viento si sopla fuerte,
    con su brutal resistencia,
    puede ser tal la violencia
    que te arrastre hasta la muerte.
    Otras veces se convierte
    en tu favor como aliado
    y va soplando a tulado
    la vela de tu velero,
    mientras haces tu crucero
    en un mar de lado a lado.

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  7. Es una bonita reflexión en un momento de adversidad. Gracias María por estas palabras.

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  8. Palabras bien ventiladas y aireadas, concluyendo como buenas consejeras. Un buen maestro, siempre ha de ser un buen referente. También se aprende de uno malo a ser lo contrario a él.

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  9. Juan Martín, muy sabias tus palabras. Un abrazo!

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