Una revista de literatura, donde el amor por las letras sean capaces de abrir todas las fronteras. Exclusiva para mayores de edad.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Carta de Navidad




        
         Mamá:
           
         Me siento ante la hoja vacía y siento que su blancura me quema. Durante años en estas mismas fechas festivas he escrito tres líneas en una tarjeta que encargaba a alguien más comprar en algún kiosco barato. ¿Las firmaba al menos? ¿O todo era tan impersonal como este recuerdo que ni siquiera tengo pero me angustia? 

Me gustaría poder decirte que estoy bien, que mi “gran” progreso ha valido la pena, que en mi mesa de caoba habrá nueces, pavo, cerezas y mil regalos de navidad… que tengo lo que quiero. Porque es esto lo que perseguí y por lo que dejé de lado ese ajetreo de locos de tus navidades en casa. Pero sabes que no puedo, sabes desde donde estés que mi arrepentimiento es tan grande como mi dolor. 

Tus navidades en casa ya no existen y mi mesa de caoba está tan repleta de cosas materiales como vacía de tu risa… de la forma en la que hacías una mueca entre obscena y graciosa cuando alguien criticaba tu cena o preguntaba por qué diablos cada año tenías que repetir el menú. 

¿Cómo decirte esta Navidad que te extraño de veras? Que tantas ausencias se me agolparon en el pecho desde el momento en que te fuiste por ese camino sin vuelta, ese al que no tememos hasta que lo vivimos en carne propia sin entenderlo. 

¿Cómo decirte que esta Navidad estoy solo y vacío como esta hoja en blanco en la que sumo palabras que no llegan a decir cuánto te extraño? He sido un necio, he corrido detrás de la fama, detrás del delirio de un mundo material… y te he hecho a un lado pensando que lo sabía todo. Hoy la única cosa que sé es que no estás y que la navidad se me hace ese espacio sin color en el que nunca más recibiré el llamado acusador del otro lado del tubo: “hijo…tú eres mi mejor regalo”.  

Tu hijo
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Caliope

5 comentarios:

  1. Es muy bonita, pero muy triste. Espero que lo siguiente que lea me levante el ánimo. En cualquier caso, bravo.

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  2. De acuerdo con Juan: Poco más puedo decir, aunque dentro de la tristeza, esas interrogantes salteadas dejan entrever algo revelador, respecto a la forma de plasmarlo en el papel...
    Amiga Caliope:
    Me quedo con hambre,
    tu corto relato
    aunque bien me sabe,
    en su contenido
    no llego a saciarme.
    Estaré esperando
    que más adelante
    consiga lograr
    un plato más grande
    que el aquí presente
    y el hambre me calme…
    ********
    ****


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  3. Ésta es la otra cara de la Navidad, la más triste pero no la menos real. Ojalá, que nuestra mesa de caoba esté llena siempre de risas y carantoñas. Ojalá, tu mesa esté llena de todo eso y más...
    Felicidades Rocío por tu ternura.

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  4. gracias a todos por la lectura... no es de mis entradas elaboradas, pero quise plasmar precisamente ese nuestro correr rutinario hacia ciertas cosas que más tarde reconocemos como puntos suspensivos de nuestras ganas

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  5. Triste pero muy real ya que ocasionalmente estos festejos no son como quisiéramos.
    Pones tus sentidos en lo que escribes Caliope.

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